CNN
—
El partido Vox de extrema derecha de España parece estar listo para continuar su ascenso meteórico en las elecciones generales del domingo y planea usar su creciente influencia para deshacer décadas de logros en los derechos de las mujeres bloqueando el acceso al aborto, derogando las leyes sobre violencia de género y cerrando el Ministerio de Igualdad.
Según las encuestas de opinión, el partido, que fue fundado hace apenas una década, podría convertirse en un líder político y miembro del próximo gobierno de coalición español después de la votación.
Las activistas feministas temen que sea un intento de hacer retroceder el reloj a una época en la que las mujeres españolas tenían derechos muy limitados. Un activista le dijo a CNN que la entrada de Vox en el gobierno estatal “restablecería 40 o 50 años de una sola vez”.
Siguiendo una tendencia que se acelera en toda Europa, se espera que España gire hacia la derecha el domingo después de varios años de gobierno de izquierda. Un promedio de las encuestas de opinión finales de Reuters del 17 de julio espera que el conservador Partido Popular (PP) gane alrededor de 140 de los 350 escaños en la legislatura y debe formar una coalición de gobierno.
Una colaboración con Vox, que se espera que gane 36 escaños, le daría a una coalición de derecha una estrecha mayoría de trabajo.
El actual presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, anunció elecciones generales anticipadas después de que la coalición gobernante de su Partido Socialista (PSOE) y sus socios de izquierda sufrieran graves reveses en las elecciones regionales y locales de mayo.
El PP logró grandes avances, derrotando a los miembros de la coalición en funciones en numerosos gobiernos regionales y municipales clave, preparando el escenario y el tono para las elecciones del domingo.
Una coalición con Vox sería controvertida para el partido del PP, nominalmente de centro-derecha. No obstante, en los últimos años el partido ha hecho arreglos para gobernar en varias administraciones regionales con el apoyo de Vox, a pesar de las críticas de que esto ayuda a legitimar la política de extrema derecha.
Fundada en 2013, Vox está creciendo rápidamente en popularidad. En 2018, se convirtió en el primer partido de extrema derecha en ganar escaños en un gobierno regional desde la muerte del dictador Francisco Franco en 1975. En 2019, se convirtió en el tercer partido más grande en la Cámara de Representantes de España.
Las encuestas sugieren que es probable que el partido gane menos escaños en esta votación que en las últimas elecciones, pero si logra formar parte de la coalición gobernante, marcaría una nueva etapa en el ascenso de Vox de un aspirante a partido externo a una fuerza política insurgente.
Según Paloma Román Marugan, profesora de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid (UCM), el programa del partido se centra en una postura dura contra la inmigración ilegal, el deseo de mantener la integridad territorial de España frente a los movimientos independentistas de regiones como Cataluña y la oposición a lo que ella llama ideología de género.
En su manifiesto, Vox promete limitar la autonomía regional, sustituir las policías autonómicas -como los Mossos d’Esquadra en Cataluña- por la Guardia Civil nacional, imponer penas más duras a los violadores y pedófilos, y derogar una ley de igualdad LGBTQ que se publicó recién en marzo de 2023.
El manifiesto de Vox también afirma que trabajarán por la “abolición de todas las leyes de género”. Quiere cerrar el Ministerio de Igualdad, que ha sido atacado por los partidos de derecha de España desde que se creó en 2008 para implementar políticas de igualdad y que el líder del partido, Santiago Abascal, ha dicho que está lleno de «psicópatas».
En cambio, Vox quiere reemplazar esto con un ministerio de la familia, cuyo trabajo sería promover tasas de natalidad más altas y una visión estrecha y «tradicional» de la vida familiar.
Su manifiesto también propone derogar una serie de leyes introducidas en las últimas décadas que tienen como objetivo consagrar los derechos de las mujeres, como el acceso al aborto o una mejor protección contra la violencia de género.
Por ejemplo, Vox quiere derogar la Ley de Violencia de Género y sustituirla por una ley “que proteja a cualquier víctima potencial de violencia en el hogar”.
Esta propuesta refleja la negación del partido de que exista la violencia de género, dijeron activistas a CNN. Según el Ministerio de Igualdad, más de 1.200 mujeres españolas han sido asesinadas por parejas actuales o anteriores desde 2003. Las manifestaciones que exigen mejores protecciones para las mujeres han atraído a miles de personas en los últimos años, y los activistas dicen que el cambio de ley propuesto por Vox solo pondría a las mujeres en mayor riesgo.
Muchos también se preguntan sobre las implicaciones a largo plazo de que el PP, históricamente uno de los partidos políticos más grandes de España, forme una alianza con dicho grupo.
“Supuestamente, el PP no comparte esta política, pero parece que opta por sacrificar estos avances de la derecha para hacerse con el poder”, ha dicho Román.
“Es un poco preocupante para el país que (el PP) pueda decir que, para llegar al Gobierno, está dispuesto a ceder en temas que en realidad no estaban en debate en la sociedad española. Habíamos cambiado el rumbo”.
Vox no respondió a la solicitud de comentarios de CNN. El PP respondió, pero solo remitió a CNN a entrevistas concedidas por el líder del partido Alberto Núñez Feijóo durante la campaña electoral.
Laura Nuño Gómez, politóloga, activista feminista y profesora de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, explica que si bien este tipo de reacciones negativas a la redistribución del poder en la sociedad se pueden ver en muchos países, la situación en España se ve agravada por el ritmo de cambio desde el final de la dictadura franquista, bajo la cual se restringieron severamente los derechos de las mujeres.
Apenas diez años después del final de la dictadura, España se unió a la Comunidad Económica Europea, precursora de la Unión Europea, y tuvo que hacer cambios radicales para cumplir con las demandas de igualdad de la organización, dijo Nuño.
“Cuanto más rápido era el progreso, más intensa y viva era la resistencia a las políticas de igualdad”, dijo.
Esta reacción se explica en parte por la percepción de que estas medidas son innecesarias dado que las mujeres ya lograron la igualdad, y en parte por una actitud persistente de que la desigualdad entre hombres y mujeres es «parte de algún tipo de orden social natural», dijo Nuño.
“Vox habla mucho de ideología de género, pero la verdadera ideología de género es la de ellos, que dice que hombres y mujeres son fundamentalmente diferentes y tienen diferentes propósitos sociales”, agregó.
Si el partido llega al poder, podría tener un grave impacto en la vida de las mujeres españolas, dijo Nuño.
“Temo que intenten imponer sus ideas sexistas y que en algunas áreas, como los derechos y libertades sexuales y reproductivas, haya una contrarreforma de una escala inimaginable”, dijo.
Izaskun Gutiérrez Vecilla, trabajadora social de la Asociación Clara Campoamor, una ONG feminista que trabaja en defensa de los derechos de las mujeres, dijo que si Vox formara parte del Gobierno nacional podría significar «retroceder de golpe 40 o 50 años cuando los delitos de violencia de género eran un asunto privado que debía quedar a puerta cerrada».
Vox y Abascal tienen claras sus intenciones para el país y no dejan dudas a Gutiérrez sobre lo que se juega el domingo.
Dos términos resumen la política de Vox hacia las mujeres, dijo: «Negación de la violencia de género y destrucción de todo lo que las mujeres de este país hemos conseguido en las últimas décadas».
Si bien queda por decidir el alcance de la influencia de Vox sobre un futuro gobierno, el partido ya ha demostrado de lo que es capaz, dijo Gutiérrez.
En los gobiernos locales donde Vox ha ganado influencia ha conseguido acabar con las iniciativas de igualdad y censurar los actos culturales, ha dicho.
Los activistas están profundamente preocupados por lo que el éxito del partido y el resultado de las elecciones del domingo podrían significar para el futuro de España.
“Pudimos ver que pretenden implementar una serie de medidas reaccionarias que llevarán a más sexismo, más homofobia, más racismo en nuestro país, así como un enfrentamiento muy peligroso en la sociedad española”, dijo Gutiérrez.