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El autor es Secretario General de la Zona de Libre Comercio Continental Africana.
La desinformación puede haber provocado los disturbios antiinmigración en Gran Bretaña, pero los temores de inmigración ilegal no se limitan de ninguna manera a Gran Bretaña. Bajo la presión de los votantes, los gobiernos de toda Europa están buscando desesperadamente soluciones. Por el contrario, los gobiernos africanos están preocupados por el éxodo de personas educadas y emprendedoras: la temida fuga de cerebros que está obstaculizando el desarrollo. Pero muchos de los que abandonan el país, si tuvieran la opción, preferirían quedarse en casa, anclados en los lazos de la familia, la cultura y la comunidad. Las circunstancias económicas son contrarias a este modesto deseo.
El nuevo gobierno laborista británico ha reconocido esta realidad y ha comprometido £84 millones para proyectos en África y Medio Oriente para abordar las causas del desplazamiento. Si bien los fondos son bienvenidos, no lograrán la transformación económica que África necesita para abordar la causa fundamental de la migración: la falta de empleos y oportunidades.
La transformación real depende del lanzamiento del Área de Libre Comercio Continental Africana (AfCFTA), un acuerdo innovador que reúne a 54 países y alrededor de 1.470 millones de personas para formar la zona de libre comercio más grande del mundo. Aunque el comercio de África está aumentando, comercia menos consigo mismo que cualquier otro continente; cambiar esta situación será fundamental para la prosperidad africana.
Lo que el continente envía al resto del mundo lo vincula a relaciones comerciales unilaterales. Como legado de la era colonial, las exportaciones de África están dominadas por productos básicos como los granos de café, el cacao y los minerales en bruto, lo que hace que el país sea vulnerable a las vicisitudes de los mercados mundiales de productos básicos. Fuera del continente, esta materia prima se mejora mediante refinación, procesamiento y fabricación. Los productos terminados luego se importan a África, frustrando las ambiciones del continente de convertirse en una potencia económica.
Sin embargo, cuando los países africanos comercian entre sí, los productos procesados y manufacturados representan más del 42 por ciento de su comercio. El AfCFTA eliminará los aranceles sobre el 97 por ciento de todos los productos comercializables dentro del bloque, reduciendo drásticamente los costos comerciales para impulsar los volúmenes comerciales. En lugar de exportar empleos al extranjero, África permitirá una industrialización intensiva en mano de obra en todo el continente.
Las previsiones del Banco Mundial arrojan luz sobre el plan AfCFTA. La iniciativa tiene como objetivo sacar a 50 millones de personas de la pobreza extrema, aumentar los ingresos en el continente e impulsar el comercio intraafricano. Al mismo tiempo, las inversiones en el continente podrían aumentar hasta un 159 por ciento. Un vasto mercado integrado arroja una red más amplia para el capital global, reduce el riesgo de invertir en países individuales y permite economías de escala.
Para hacer realidad este ambicioso proyecto, los aliados internacionales son esenciales. En 2021, el Reino Unido se convirtió en el primer país fuera de África en firmar un memorando de entendimiento para promover el comercio con el AfCFTA, prometiendo financiación y aportando experiencia en política comercial para apoyar su implementación. Es vital que el nuevo gobierno laborista continúe con este trabajo. Además de abrir mercados y oportunidades de inversión para las empresas británicas en el continente, también proporciona un enfoque coordinado para abordar de manera integral la migración irregular.
Se necesitan más aliados. Aunque el AfCFTA ofrece la mayor esperanza para la prosperidad africana, aún quedan importantes obstáculos que superar en su implementación. Siguen existiendo desafíos técnicos para simplificar los sistemas regulatorios y digitalizar los procedimientos aduaneros. Se requiere una inversión significativa para producir productos africanos que creen buenos empleos en el continente.
La inversión es particularmente necesaria en las fragmentadas redes de transporte y logística del continente. Los ferrocarriles de carga transportan mercancías principalmente desde el interior del país hasta los puertos costeros, descuidando las necesidades regionales. Se necesita una mayor cooperación internacional. La asociación entre British International Investment, la institución financiera de desarrollo del Reino Unido, y la empresa de logística emiratí DP World para apoyar la modernización y expansión de los puertos y la logística interior en África es un paso en la dirección correcta. Pero el continente todavía lucha con un déficit de financiación de infraestructura de unos 100.000 millones de dólares al año.
Pero a pesar de los enormes desafíos, el AfCFTA está logrando avances. La implementación del acuerdo, lanzado en 2018, se retrasó debido a la pandemia y al impacto de la guerra en Ucrania. Sin embargo, las primeras entregas en el marco del acuerdo AfCFTA se produjeron en octubre de 2022: Kenia y Ruanda exportaron baterías, té y café a Ghana. Estos países, junto con otros seis, formaron un proyecto piloto para probar el acuerdo e identificar los ajustes necesarios. Este año se amplió a otros 39 países, entre ellos Sudáfrica y Nigeria, que exportaron refrigeradores, bolsos, cerámica, textiles, cables, tarjetas inteligentes, escorias, jabón negro, almidón nativo y manteca de karité.
Una integración profunda y completa llevará tiempo. Pero sin un cambio económico estructural en África, el número de inmigrantes hacia Occidente aumentará. Sólo existe una solución a largo plazo para este desafío. Es mejor empezar a trabajar ahora.