El Mar de China Meridional es una masa de agua estratégica y rica en recursos conocida con varios nombres, lo que refleja las diversas conexiones históricas, culturales y geopolíticas de la región. El término inglés más comúnmente utilizado para la vía navegable surgió debido a los intereses europeos en estos mares como ruta comercial de Europa a Asia y China. Los chinos a menudo se refieren a él como «Nanhai» (南海), destacando su ubicación geográfica al sur de China continental. Para los vietnamitas, el mar es “Biển Đông” (Mar del Este), lo que indica su ubicación en relación con la masa continental vietnamita. Más recientemente, Filipinas se ha referido a partes del mar como el “Mar de Filipinas Occidental”, afirmando su soberanía sobre partes de esta área en disputa.
Estos diferentes nombres, que también se extienden a cientos de islas, arrecifes y otros elementos del Mar de China Meridional, no son sólo semánticos; Cada uno de ellos representa una narrativa nacionalista y una reivindicación histórica. La nomenclatura también refleja intereses geopolíticos en el Mar de China Meridional, donde la superposición de reclamos marítimos y territoriales ha llevado a crecientes tensiones entre naciones. Cada nombre lleva consigo una historia de identidad, memoria cultural y orgullo nacional. La perspectiva china, arraigada en siglos de historia, considera el mar como parte integral de su influencia territorial y marítima. La designación de Vietnam resalta sus propias conexiones marítimas e históricas, incluidos sus legados pasados de colonización por Francia y China, que dan forma a su identidad moderna. La elección del «Mar de Filipinas Occidental» por parte de Filipinas es una afirmación contemporánea de soberanía que se enfrenta a la creciente asertividad marítima de China. Estos niveles de significado ilustran la lucha por el reconocimiento y la legitimidad en una región con diferentes conflictos de intereses.
La diversidad de nombres para el Mar de China Meridional invita a una discusión más amplia sobre las narrativas que construimos en torno a entidades geográficas. El simple hecho de nombrarlos puede moldear las percepciones, influir en la diplomacia y guiar las políticas. Mientras la región lidia con las implicaciones de sus nombres, se vuelve crucial reconocer que estas designaciones no sólo reflejan realidades existentes sino que también participan activamente en discursos en curso sobre el poder y la identidad. Este comentario intenta explorar las raíces históricas de estos nombres y sugiere una alternativa que podría promover una mejor comprensión regional.
Raíces históricas de los nombres.
El contexto histórico detrás de los distintos nombres del Mar de China Meridional está estrechamente relacionado con la historia del comercio marítimo y el imperialismo occidental. El nombre «Mar de China Meridional» refleja una perspectiva eurocéntrica arraigada en los mapas históricos de los cartógrafos occidentales, que etiquetaron las aguas en el contexto de su fuerte interés en abrir el comercio con China, entonces (como ahora) la influencia económica dominante en la región. . Esta nomenclatura surgió durante la era del colonialismo, cuando las potencias europeas ejercieron influencia sobre la región y buscaron mapear sus aguas para el comercio y las ventajas estratégicas. Por lo tanto, el término no es sólo geográfico, sino que también conlleva el peso de la historia imperial y posiciona a China como un actor dominante en la narrativa.
El nombre “Biển Đông” utilizado por Vietnam deriva de un marco histórico que enfatiza su propia herencia marítima. Vietnam ha sido durante mucho tiempo una nación marítima y su historia marítima se refleja en la importancia del “Mar del Este” como salvavidas para el comercio y el intercambio cultural. El nombre vietnamita evoca una narrativa que desafía los reclamos de soberanía chinos y enfatiza los reclamos históricos de Vietnam que se remontan a siglos atrás, incluidos períodos de resistencia a la dominación china. Se dice que los marineros llamaron al Mar de China Meridional Mar de Champa durante siglos, en reconocimiento al Imperio Champa, que controló el centro de Vietnam, así como partes importantes del este de Camboya y Laos desde los siglos VI al XV.
En Filipinas, la introducción del “Mar de Filipinas Occidental” en 2012 es un acontecimiento relativamente nuevo, moldeado en gran medida por la dinámica geopolítica actual y las crecientes incursiones de China en sus partes del Mar de China Meridional. Este cambio de marca representa un esfuerzo consciente del gobierno filipino para recuperar su narrativa frente a los desafíos externos. Al redefinir el nombre, Filipinas quiere fortalecer su soberanía y hacer valer sus intereses frente a una competencia cada vez mayor.
De manera similar, en 2017, el gobierno de Indonesia publicó un nuevo mapa oficial renombrando una porción del Mar de China Meridional que se encuentra dentro de su zona económica exclusiva (ZEE) como “Laut Natuna Utara” o Mar de Natuna del Norte. Esta iniciativa surgió tras repetidas incursiones de barcos chinos. Este cambio de nombre pone de relieve las preocupaciones de Indonesia sobre sus derechos y soberanía en la ZEE que rodea a los Natunas. La evolución histórica y actual de los nombres muestra cómo los nombres geográficos pueden cambiar en respuesta a las realidades políticas y las identidades nacionales.
An Identidad actualizada para el mar
Dada la naturaleza polémica de la nomenclatura existente, puede ser beneficioso considerar nombres alternativos para el Mar de China Meridional que promuevan el entendimiento y la cooperación regionales. Una posible alternativa podría ser el “Mar del Sudeste Asiático”, un nombre que reconoce colectivamente a los distintos estados ribereños de las aguas y sus intereses comunes. Tal designación enfatizaría la cooperación sobre la competencia y resaltaría la interconexión de las naciones del sudeste asiático y su interdependencia del mar para el comercio, la pesca y los recursos ambientales.
“Mar del Sudeste Asiático” sería un nombre integral que honra la rica historia del comercio marítimo y el intercambio cultural y al mismo tiempo posiciona al mar como un espacio de cooperación y beneficio mutuo entre los países que forman parte de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN). y más allá. Serviría como recordatorio de que el mar ha sido durante mucho tiempo un conducto de conexión más que de conflicto, fomentando una identidad centrada en la cooperación armoniosa, el progreso y la prosperidad.
Adoptar un nuevo nombre para el mar que rodea el sudeste asiático no estaría exento de desafíos, ya que requiere abordar las narrativas y sensibilidades nacionales profundamente arraigadas de los países involucrados. Sin embargo, los beneficios potenciales son significativos. Un nombre más inclusivo podría fomentar el diálogo, reducir las tensiones y promover un sentido de responsabilidad compartida por el mar. También podría servir como plataforma para iniciativas conjuntas que aborden cuestiones críticas como el cambio climático, la degradación ambiental, los derechos de pesca y minería, y la seguridad marítima.
Reinterpretar el nombre “Mar de China Meridional” ofrece una oportunidad para redefinir potencialmente las relaciones y buscar un futuro más pacífico y cooperativo en una región caracterizada por la complejidad y la interdependencia.