La Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca ha expresado su preocupación de que CNN le esté negando a un reportero el acceso al estudio de debate para cubrir y documentar las declaraciones de los candidatos.
Ben Mullin, periodista del New York Times, escribió:
Gran primicia: La Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca dijo que estaba «profundamente preocupada» porque CNN «ha rechazado nuestras repetidas solicitudes de permitir que el grupo de viajes de la Casa Blanca ingrese al estudio». pic.twitter.com/qe3Y8Austz
– Ben Mullin (@BenMullin) 27 de junio de 2024
Los periodistas también solicitan acceso y son rechazados:
NOTICIAS, con@katie_robertson: Un grupo de periodistas de alto rango de Washington firmó una carta a CNN en nombre de la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca pidiendo a la cadena que amplíe el acceso al debate de esta noche. La carta: pic.twitter.com/ktTjoooNxm
– Ben Mullin (@BenMullin) 27 de junio de 2024
Dado que la Comisión no partidista de Debates Presidenciales ya no conduce los debates, una empresa de medios con fines de lucro ahora decide quién tiene acceso a un debate presidencial que se supone debe informar y beneficiar al pueblo estadounidense.
Se están planteando serias preocupaciones. De particular preocupación es quién transcribirá las declaraciones de los candidatos y si esas transcripciones incluirán declaraciones hechas cuando el micrófono de un candidato esté apagado.
Por primera vez en la historia de los debates presidenciales televisados -al menos en los tiempos modernos- no habrá periodistas independientes en el estudio para documentar y corroborar las declaraciones.
CNN no permitirá que otros reporteros entren al estudio de debate porque quieren conservar sus derechos exclusivos. Los tomadores de decisiones de CNN parecen estar anteponiendo sus ganancias al bien público, razón por la cual quitarle la dirección de los debates a una comisión bipartidista parece una realmente mala idea.
Podría ser que todo vaya bien y no haya problemas, pero el país tendrá que presenciar un debate para el que no existe supervisión ni rendición de cuentas independientes, y eso no parece ser un buen negocio para la democracia.