El conflicto entre Israel y Gaza brinda una valiosa oportunidad para comprender cómo China maneja las consideraciones económicas y políticas en medio de crecientes tensiones geopolíticas. Esta dinámica presenta un desafío ya que China debe gestionar el delicado equilibrio entre intereses económicos y orientaciones políticas en un orden global cada vez más fragmentado.
La relación entre China e Israel a menudo se describe como “política fría, economía caliente” (政冷经热). A pesar de sus diferentes objetivos políticos, China e Israel han profundizado sus vínculos económicos durante la última década. En particular, Israel fue el mayor receptor de inversiones chinas entre los países de Oriente Medio entre 2015 y 2018. Rastreador de inversiones globales de China de AEI.
Según el IISS Base de datos de China ConnectsChina ha invertido en más proyectos de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) y “similares a la BRI” en Israel que en cualquier otro país de la región, aunque Israel no se ha unido oficialmente a la BRI. Los importantes proyectos de infraestructura que China está llevando a cabo en Israel se caracterizan por el estatus de Israel como economía desarrollada, que normalmente limita la participación de empresas chinas en proyectos relacionados con sus instalaciones de infraestructura críticas.
Como muchos países desarrollados, Israel está atrayendo importantes inversiones chinas en sectores de tecnología avanzada. El compromiso de China con Israel refleja al pueblo chino Tecnonacionalismoy el gobierno chino ha utilizado la retórica nacionalista para alentar a las empresas privadas a invertir en tecnología israelí, fomentando el crecimiento de la inversión privada china junto con la inversión estatal china en Israel desde 2014.
Dada la prominencia de Israel en el desarrollo tecnológico avanzado, se considera una fuente importante de acceso a tecnología crítica para China, particularmente porque Estados Unidos y otras naciones occidentales han limitado cada vez más la participación de China en sus sectores tecnológicos. Según las directrices oficiales de inversión. Según el Ministerio de Comercio de China, las importaciones chinas procedentes de Israel consisten predominantemente en productos de alta tecnología, incluidos equipos electrónicos, instrumentos médicos y productos de telecomunicaciones, con la notable excepción de los fertilizantes potásicos.
Además, está disponible un informe Corporación RAND reveló que el sector tecnológico israelí recibió las inversiones chinas más importantes entre 2011 y 2018, tanto en términos de valor monetario (5.700 millones de dólares) como de número de empresas (54 de 87 inversiones). Estas inversiones se realizaron a través de empresas de capital riesgo o tecnológicas, tanto privadas como públicas, incluidas algunas empresas consideradas controvertidas en los países occidentales, como Huawei y ZTE.
En particular, la inversión china en el sector tecnológico de Israel ha disminuido en los últimos años, en gran parte debido a la creciente presión de Estados Unidos por cuestiones de seguridad y propiedad intelectual. Del mismo modo, la construcción de infraestructura israelí clave, incluidos puertos, transporte subterráneo y electricidad, en China la llevan a cabo exclusivamente empresas estatales (EPE), lo que genera costos crecientes. Preocupaciones por las relaciones israelí-estadounidenses.
Entonces, ¿cómo influyen los estrechos vínculos económicos de China con Israel en la diplomacia de Beijing en el conflicto entre Israel y Gaza? Evidentemente, estas relaciones no impiden que China apoye al menos retóricamente a Palestina, como puede verse en el ejemplo del Ministro de Asuntos Exteriores Wang Yi. Críticas a Israel. Sin embargo, estos vínculos económicos alientan a China a adoptar un enfoque más matizado y evitar culpar directamente a cualquiera de las partes. Este enfoque, que puede describirse como “Neutralidad con límitesLa “neutralidad pro-palestina” o “neutralidad pro-palestina” permite a China navegar por la compleja situación y, al mismo tiempo, dejar espacio para la cooperación con Estados Unidos en este asunto que satisface los intereses de ambas partes.
Según los expertos chinos, la neutralidad propalestina de China se basa en gran medida en su desconfianza hacia Israel. En los últimos años, Israel se ha vuelto cada vez más receptivo a las preocupaciones de Estados Unidos, lo que ha provocado una disminución de la inversión china. El gabinete de seguridad israelí alcanzó uno Decisión en noviembre de 2022, lo que reforzó significativamente la supervisión gubernamental de las inversiones extranjeras. Aunque no se menciona específicamente a China en el anuncio, los funcionarios israelíes han reconocido que la nueva política es una respuesta al impulso de dos años de la administración Biden para limitar el papel de China en sectores como la energía, la infraestructura, las telecomunicaciones y el transporte.
Dado que Israel ya ha tomado partido desde la perspectiva de China, Beijing puede darse cuenta de que favorecer a Israel traería pocos beneficios.
El caso China-Israel arroja luz sobre cómo Beijing aborda las complejidades de equilibrar los beneficios económicos y las preocupaciones políticas. A medida que aumenta la fragmentación geopolítica, China encuentra cada vez más dificultades para equilibrar los beneficios económicos con objetivos políticos contradictorios. Este dilema también es evidente en las relaciones de China con Corea del Sur y Japón, los cuales luchan con dilemas económicos y políticos con respecto a Beijing. Los beneficios económicos pueden no motivar a China a adoptar una postura estrictamente proempresarial en cuestiones críticas, pero también pueden disuadir a China de alinearse plenamente con partes que entran en conflicto con los intereses de Estados Unidos.