La salida de la Primera Ministra Sheikh Hasina el 5 de agostodespués de más de 15 años de gobierno, que se caracterizó por el aumento Autoritarismomarcó la culminación de una revolución liderada por estudiantes que trastocó el status quo en Bangladesh. La revolución impulsada por la generación más joven demostró ser una fuerza poderosa contra el autoritarismo profundamente arraigado que se había arraigado bajo el régimen de Hasina. Varios factores clave contribuyeron al éxito del movimiento y al eventual fin de su gobierno.
Una de las piedras angulares de la influencia autoritaria de Hasina fue la Casi deificación de su familia. El régimen cultivó una narrativa que santificó no sólo a la propia Sheikh Hasina sino también a su padre, Sheikh Mujibur Rahman, uno de los padres fundadores de Bangladesh, y a otros miembros de la familia. El Estado glorificó a su familia, erigió miles de estatuas y reprimió cualquier forma de disidencia contra ella. Las críticas al padre de Hasina fueron declaradas delito y los perpetradores tuvieron que irse con ellos 12 años de prisiónAcadémicos e intelectuales fueron encarcelados simplemente por cuestionar a Hasina o el legado de su familia, y el país vivía con miedo a las consecuencias de hablar abiertamente.
Pero los estudiantes que lideraron la revolución destrozaron esta santidad construida. Cuando Hasina describió a los estudiantes como “Razakars(término utilizado para quienes colaboraron con el ejército de Pakistán durante la Guerra de Independencia de 1971), respondieron con indignación. Exigieron una disculpa, lo que marcó un momento crucial en el que se cuestionó públicamente el estatus de intocable de la familia Hasina. Este descarado desafío sacudió los cimientos del gobierno de Hasina, porque las acciones de los estudiantes señalaron un rechazo a la deferencia que los había protegido de la crítica directa.
Además de crear mitos en torno a la familia de Hasina, su régimen también hizo de la Guerra de Independencia un tema intocable. El régimen presentó la guerra como capítulo cerrado de la historialo que impidió la investigación o el debate abierto al respecto. La guerra se convirtió en un instrumento de legitimidad política para el régimen y a nadie se le permitió cuestionar o reinterpretar la narrativa oficial.
Los estudiantes rompieron este tabú al “Razakars,“Un acto poderoso y provocativo que atacó directamente la manipulación de la historia por parte del régimen. Su voluntad de abrazar esta etiqueta cargada –utilizada anteriormente para deslegitimar la disidencia– socavó el monopolio del régimen sobre la narrativa de guerra. Este descarado desafío a uno de los principales pilares del poder de Hasina provocó que su gobierno respondiera con una represión violenta, que provocó la muerte de más de 1.000 estudiantes. Las brutales acciones del régimen sólo inflamaron la ira pública y debilitaron su control del poder.
Un punto de inflexión crucial de la revolución fue el rechazo colectivo de los estudiantes al miedo a la muerte. El martirio de Abu Sayedun estudiante desarmado asesinado por las fuerzas de seguridad por desafiarlas impulsó el movimiento. Su muerte sirvió como un poderoso símbolo de resistencia y sacrificio, e inspiró a otros a continuar la lucha a pesar de la brutal respuesta del gobierno. El martirio de Sayed envalentonó a los manifestantes, y los intentos del régimen de reprimir el movimiento por la fuerza sólo fortalecieron su determinación. Los estudiantes, que ahora se veían a sí mismos como luchadores por una causa justa, estaban dispuestos a arriesgar sus vidas por la revolución. Entre los jóvenes surgió una subcultura de protesta contra el régimen autoritario de Hasina.
Durante años, el régimen de Hasina había mantenido el control mediante un sofisticado aparato de propaganda, manipulando la percepción pública y controlando la narrativa. Pero durante los 36 días de la revolución liderada por los estudiantes, su maquinaria de propaganda comenzó a desmoronarse. A pesar de los esfuerzos de Hasina por presentarse como una líder benevolente, visitó lugares incendiados y Derramando lágrimas frente a la cámara.el público rechazó su teatralidad. El nivel de violencia y la muerte de tantos estudiantes revelaron la verdadera naturaleza del régimen. Las narrativas del régimen ya no eran convincentes para una población que había experimentado su autoritarismo de primera mano.
Otro factor crucial en el éxito de la revolución fue la participación de varias personas Grupos profesionalesincluidos profesores, abogados y activistas culturales. Estos grupos dieron al movimiento legitimidad y seguridad institucional y lo ayudaron a continuar durante los confinamientos y las medidas gubernamentales. Su participación amplió el alcance de la revolución, transformándola de una protesta liderada por estudiantes a un movimiento a nivel nacional. La participación de estos profesionales y del público en general rompió el último tabú que rodeaba al régimen de Hasina y socavó aún más su poder y credibilidad.
Por último, pero no menos importante, los medios de comunicación, incluidas las redes sociales, también desempeñaron un papel clave en esta revolución. Además de algunas empresas de medios, periodistas individuales informaron positivamente sobre la revolución y contribuyeron así a inspirar el movimiento.
La revolución liderada por los estudiantes que puso fin al gobierno de 15 años de Sheikh Hasina no fue sólo un movimiento político sino una agitación social y cultural. Al desmantelar las narrativas sagradas del régimen (tanto las de la familia Hasina como las de la Guerra de Independencia), los estudiantes desafiaron directamente los fundamentos de su autoritarismo. Su voluntad de sacrificio, combinada con el fracaso de la propaganda estatal y la solidaridad de las asociaciones profesionales, culminó en el colapso de un régimen que alguna vez pareció intocable. El 5 de agosto marcó el final de una era en la que la renuncia y partida de Hasina simbolizaron el triunfo de una nueva generación que se negó a vivir bajo el miedo y la opresión.