China experimentó en 2023 su año más caluroso y uno de los más húmedos registrados, lo que pone de relieve el creciente impacto del cambio climático a través de una serie de próximos fenómenos meteorológicos extremos.
El Centro Nacional del Clima (NCC), con sede en Beijing, informó esta semana que la temperatura promedio del año aumentó a 10,7 grados Celsius (51,3 Fahrenheit), superando el récord anterior de 10,5 grados Celsius establecido en 2021.
Eso convierte a 2023 en el año más cálido desde que comenzaron los registros en 1961, lo que subraya las crecientes preocupaciones sobre los efectos del cambio climático en China, el mayor emisor del mundo de gases de efecto invernadero que causan el clima.
Las ciudades de todo el país experimentaron condiciones bochornosas, lo que provocó que 127 estaciones meteorológicas nacionales batieran sus récords de temperaturas máximas diarias.
Beijing experimentó el día de junio más caluroso registrado con poco más de 40°C y registró 27 días consecutivos en julio con temperaturas superiores a 35°C (95°F), rompiendo un récord de 23 años.
Según la emisora estatal CCTV, las temperaturas en una parte importante de China fueron entre 0,5 y 1 grado centígrados más altas de lo habitual.
El 16 de julio, se registró una temperatura máxima histórica de 52,2 °C (126 °F) en una estación meteorológica en el extremo noroeste de la región de Xinjiang.
Además de la temperatura media más alta del año pasado, China también alcanzó las temperaturas más bajas el 22 de enero, según el NCC, cuando la temperatura alcanzó -53°C en la ciudad de Jintao en Mohe, provincia nororiental de Heilongjiang.
El clima extremo de China en 2023 no se limitó solo a las temperaturas, ya que el país también tuvo que lidiar con fuertes lluvias en el verano, agravadas por varios tifones que azotaron el continente.
Según CCTV, al menos 55 estaciones meteorológicas nacionales en toda China registraron precipitaciones totales diarias que excedieron los récords anteriores, y la precipitación más alta se registró en Beihai, en la Región Autónoma Zhuang de Guangxi, con 3.233,6 milímetros.
Según las autoridades chinas, decenas de personas han muerto y más de un millón han sido desplazadas.
Recientemente, China ha estado experimentando un duro invierno: Beijing experimentó su ola de frío más larga en diciembre y las temperaturas a menudo caen por debajo de los -10°C.
Otras partes del país enfrentaron varias olas de frío severas que afectaron a varias provincias y provocaron cierres de escuelas, problemas de transporte y problemas de suministro de energía en la provincia de Henan.
La semana pasada, Zhou Bing, jefe del NCC, advirtió que se espera que el país experimente temperaturas más altas y un aumento en la frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos en 2024.
“2024 podría ser más caluroso y también podría ser un año en el que los fenómenos meteorológicos extremos se vuelvan más frecuentes y severos”, afirmó en un informe de la emisora estatal CCTV.
Estos desafíos climáticos se deben en gran medida a El Niño, un fenómeno climático caracterizado por el calentamiento periódico del Pacífico ecuatorial.
Editado por Elaine Chan y Taejun Kang.