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Se espera que los principales banqueros centrales del mundo aprueben este fin de semana el nombramiento de Pablo Hernández de Cos, ex director del Banco de España, como próximo director ejecutivo del Banco de Pagos Internacionales.
La medida llega en un momento delicado para el BPI, que es un foro para los bancos centrales del mundo y ayuda a administrar sus reservas de divisas, después de que la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos amenazara con socavar el ya vacilante consenso global sobre el establecimiento de reglas financieras.
Se espera que Hernández de Cos, cuyo mandato de seis años como gobernador del banco central de España expiró en junio, sea propuesto como próximo director general del BPI este fin de semana y casi con seguridad será confirmado por la junta, según dos de sus miembros.
Se espera que reemplace a Agustín Carstens, actual gerente general del BPI y ex gobernador del Banco de México, cuando su mandato de ocho años expire el próximo año.
El nombramiento del español le posicionaría como candidato a suceder a Christine Lagarde cuando finalice su mandato de ocho años como presidenta del BCE en 2027.
El BIS es sede del Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, que establece estándares globales para la supervisión bancaria y otorga a su presidente un papel clave en la configuración del consenso global sobre reglas financieras y en llevar a sus miembros a adherirse a estos compromisos.
Los jefes de los bancos centrales temen que el presidente electo de Estados Unidos recorte la regulación empresarial y financiera, poniendo en peligro las normas de Basilea que sincronizan los requisitos de capital para los principales prestamistas de todo el mundo.
Después de un intenso lobby bancario, la Reserva Federal de Estados Unidos ya se ha visto obligada a debilitar sus propuestas para las llamadas reglas del “final de Basilea”. Los funcionarios europeos dicen que Estados Unidos podría eliminarlos por completo, lo que desencadenaría una carrera global hacia el abismo en materia de regulación financiera.
Hernández jugó un papel clave en la configuración del acuerdo final sobre las reglas, ya que se desempeñó como presidente del Comité de Supervisión Bancaria de Basilea desde 2019 hasta su renuncia a principios de este año.
La UE aprobó una ley que se espera que aumente los requisitos de capital para los bancos de la región en un 9 por ciento hasta que las reglas se implementen completamente en ocho años.
Claudia Buch, presidenta de supervisión del Banco Central Europeo, destacó la importancia de atenerse al plan en Europa, pase lo que pase en Estados Unidos. «Lo haremos y esperamos que los demás lo hagan», dijo en un evento en Amsterdam el jueves.
Buch también señaló un estudio del BCE que encontró que los principales bancos de Wall Street ya tienen requisitos de capital significativamente más altos que sus homólogos europeos.
«Es importante para la estabilidad financiera en Europa implementarlo plenamente, porque discutirlo sólo nos traería más incertidumbre», dijo, añadiendo que crisis bancarias anteriores habían resultado en pérdidas equivalentes al 7 por ciento de la economía mundial.
La Junta del BPI está formada por los jefes de muchos de los bancos centrales más grandes del mundo, incluidos la Reserva Federal, el BCE y los de China, Brasil, India, México, Corea del Sur, Canadá, Alemania, Italia, el Reino Unido y los Países Bajos.
El BIS dijo: «No haremos comentarios sobre especulaciones y emitiremos un comunicado de prensa una vez que se complete el proceso».