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El Banco Central Europeo ha anunciado su primera pérdida anual en casi dos décadas, lo que ha llevado a las autoridades por primera vez en su historia a arrastrar un déficit anual para compensarlo con ganancias futuras.
La pérdida de 1.300 millones de euros para 2023 refleja el impacto de las tasas de interés más altas para los bancos centrales nacionales, que el BCE elevó a niveles récord en respuesta al mayor aumento de la inflación de su historia.
El banco central habría sufrido una pérdida mucho mayor el año pasado si no hubiera utilizado los 6.600 millones de euros restantes en reservas que ha acumulado en los últimos años para cubrir riesgos financieros.
Las tasas de interés más altas provocaron un aumento de los gastos netos por intereses del BCE, lo que refleja un fuerte aumento de los intereses pagados a otros bancos centrales nacionales que comparten el euro, de 900 millones de euros en 2022 a 7.200 millones de euros el año pasado.
Sin embargo, las tasas de interés recibidas por el BCE sobre la enorme cartera de bonos adquiridos durante la última década no han aumentado tanto, ya que muchos de ellos son títulos gubernamentales a largo plazo que han tenido tasas de interés bajas o incluso negativas durante muchos años.
![Gráfico de barras que muestra: El BCE ha sufrido su mayor pérdida en casi 20 años](https://www.ft.com/__origami/service/image/v2/images/raw/https%3A%2F%2Fd6c748xw2pzm8.cloudfront.net%2Fprod%2F7ffdb5e0-d170-11ee-9827-1bc97048e116-standard.png?source=next-article&fit=scale-down&quality=highest&width=700&dpr=1)
La pérdida podría aumentar la presión política sobre el BCE y amenazar su independencia, aunque la mayoría de los analistas creen que no debería importar si los bancos centrales son rentables.
El deterioro de las perspectivas financieras del BCE lo obligó a cancelar el dividendo que pagó a los bancos centrales nacionales el año pasado. Estos pagos de dividendos –que ascendieron a 5.800 millones de euros entre 2018 y 2022– suelen ser transferidos por los bancos centrales nacionales a los gobiernos de la eurozona.
El banco central dijo que era «probable que sufriera pérdidas en los próximos años, pero que luego se espera que vuelva a obtener ganancias sostenidas». Añadió que su balance estaba respaldado por su capital y «importantes cuentas de revalorización», que en conjunto ascendían a 46.000 millones de euros a finales del año pasado.
«En cualquier caso, el BCE puede actuar eficazmente y cumplir su mandato principal de mantener la estabilidad de precios, independientemente de cualquier pérdida», dijo.
La última vez que el BCE tuvo una pérdida anual fue en 2004, cuando sufrió pérdidas cambiarias debido a la rápida apreciación del euro, pero absorbió esa pérdida en lugar de continuarla. El año pasado, el BCE no obtuvo beneficios ya que utilizó reservas para cubrir un déficit de 1.600 millones de euros.