Indonesia y Tailandia han comenzado a unirse a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), conocida coloquialmente como el “Club del Mundo Desarrollado”. Aunque no existe una definición internacional clara de «países desarrollados», el término generalmente se refiere a países con altos ingresos, niveles educativos y sociales, así como estabilidad política y madurez social. Tailandia aspira a convertirse en un país desarrollado para 2037 según su Estrategia Nacional 2018-2037, mientras que Indonesia aspira a alcanzar este estatus para 2045, el centenario de su independencia, basándose en su visión Golden Indonesia 2045. Sin embargo, antes de que cualquiera de los países pueda unirse a la OCDE, debe tomar una serie de pasos importantes.
En febrero de 2024, el Consejo de la OCDE decidió iniciar conversaciones de adhesión con Indonesia y adoptó una hoja de ruta para la adhesión a finales de marzo, convirtiendo a Indonesia en el primer candidato a la adhesión en el Sudeste Asiático. Mientras tanto, Tailandia presentó una carta de intención a la OCDE en febrero de 2024.
Expectativas
Indonesia espera que la membresía en la OCDE no sólo gane la confianza de los inversores extranjeros, sino que también mejore la eficiencia económica y la gobernanza a través de la estandarización en impuestos, legislación laboral, protección ambiental y otras áreas, así como también mejore las políticas de alivio de la pobreza y mejore la calidad de la vida. educación Transferencia de conocimientos y tecnología desde los países industrializados. Indonesia es también el único país del G20 en la ASEAN, por lo que la membresía en la OCDE sería una oportunidad para expandir su influencia global.
Tailandia, por otra parte, dice que la membresía en la OCDE «elevará los estándares del país y contribuirá a una mejor calidad de vida para los tailandeses», según Prommin Lertsuridej, secretario general del primer ministro. El Instituto de Investigación para el Desarrollo de Tailandia (TDRI) estima que el impacto económico de ser miembro de la OCDE sería de 270 mil millones de baht, lo que resultaría en un aumento del 1,6 por ciento en el PIB.
Sin embargo, unirse a la OCDE no es sólo una formalidad. Al fin y al cabo, la organización no sólo pretende crecer, sino que también quiere aplicar sus estándares y directrices en todo el mundo. Indonesia y Tailandia necesitan revisar sus leyes y regulaciones para cumplir con los estándares requeridos por la OCDE. Además, tienen que superar otros obstáculos por sí solos.
Por ejemplo, la Unión Europea ha rechazado la prohibición de Indonesia sobre la exportación de minerales en bruto con el argumento de que representa una restricción de exportación irrazonable. Además, la membresía en la OCDE requiere el consentimiento de todos los estados miembros, e Indonesia sería el único estado miembro que lo haría. No tiene relaciones diplomáticas con Israel. En el actual conflicto entre Israel y Hamás, la mayoría del público indonesio simpatiza con los palestinos, sus hermanos musulmanes. Sin embargo, la OCDE ha hecho de la normalización de las relaciones diplomáticas con Israel una de las condiciones para ser miembro. Por lo tanto, el gobierno indonesio tiene la tarea de establecer relaciones diplomáticas sin provocar a los grupos islamistas dentro y fuera del país.
Mientras tanto, la democratización y los derechos humanos son el foco principal para Tailandia. La OCDE hace hincapié en mantener un sistema de justicia justo y transparente y un pluralismo político que respete las diferentes opiniones políticas. En materia de derechos humanos, también se exige la libertad de expresión y el respeto a las manifestaciones y protestas pacíficas.
Desde la transición a un gobierno civil en las elecciones generales de 2019, Tailandia ha reprimido las manifestaciones antigubernamentales y las críticas a la familia real. Numerosos activistas fueron arrestados y encarcelados. Además, el partido prodemocracia Move Forward, que obtuvo una victoria aplastante en las elecciones generales de mayo de 2023, ha sido declarado inconstitucional por el Tribunal Constitucional de Tailandia y está al borde de la disolución porque hizo campaña a favor de una revisión de la ley de lesa majestad.
Japón como puente
En su declaración de visión del 50º aniversario en 2011, la OCDE pidió una mayor cooperación con los países en desarrollo. En 2014, en el 50.º aniversario de la adhesión de Japón, el entonces Primer Ministro Abe Shinzo lanzó el Programa Regional del Sudeste Asiático (SEARP) para apoyar las prioridades nacionales, las reformas políticas y la integración regional del Sudeste Asiático. El fortalecimiento de las relaciones OCDE-ASEAN a través del diálogo político, con Japón actuando como puente, llevó a la adopción de una hoja de ruta para la adhesión de Indonesia y Tailandia.
En la reunión del Consejo Ministerial de la OCDE en mayo de 2024, el 60.º aniversario de la entrada de Japón en la OCDE, el Primer Ministro Kishida Fumio dijo que movilizaría alrededor de ocho millones de euros durante los próximos tres años para llevar el SEARP a un nuevo nivel y hacer que Japón se establezca en la OCDE. Programa de Asociación de la ASEAN (JOAPP). Kishida destacó que para mantener y mejorar la efectividad y universalidad de los estándares de la OCDE y abordar los problemas globales, es esencial la participación del Sudeste Asiático, que se ha convertido en un actor global importante, y señaló que Japón actúa como un puente entre los dos. atender. Japón participará activamente en áreas como la inversión privada, la conectividad, la sostenibilidad y el sector digital, como el envío de expertos, la realización de investigaciones y análisis y la prestación de formación.
Japón lleva más de 60 años invirtiendo en el sudeste asiático. Alrededor del 30 por ciento de las filiales extranjeras de las empresas japonesas están ubicadas en la ASEAN. Una encuesta reciente de JETRO encontró que cuatro de los cinco principales riesgos en el entorno de inversión de la ASEAN podrían mejorarse mediante la participación y la membresía en la OCDE. Los ejemplos incluyen “formulación de políticas opacas por parte del gobierno local” (42,2 por ciento), “procedimientos administrativos complicados” (41,4 por ciento), “funcionamiento inadecuado y opaco del sistema legal” (40,1 por ciento) y “sistemas tributarios y procedimientos tributarios complicados”. (38,8 por ciento). Sería beneficioso para Japón vincular a la ASEAN con la OCDE como un verdadero “socio de cocreación”. Japón también se beneficiaría claramente de la maduración y estabilización de la ASEAN a través de la OCDE.
SUKEGAWA Seiya es profesor de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Kokushikan y profesor invitado en el Instituto de Tecnología Thai-Nichi.