En marzo de 2024, la Unión Europea y Filipinas dieron un importante paso adelante al acordar reiniciar las negociaciones bilaterales centrándose en la conclusión de un tan esperado acuerdo de libre comercio (TLC). Este acontecimiento marca un momento crucial ya que las conversaciones han estado estancadas desde 2017, durante la presidencia de Rodrigo Duterte, cuya campaña de guerra contra las drogas atrajo la atención internacional y llevó a una reevaluación de la posición de Filipinas en el comercio mundial.
El renovado interés de la UE subraya el cambio positivo bajo el nuevo gobierno del presidente Ferdinand Marcos Jr., quien será elegido en 2022. Su gobierno ha expresado su firme compromiso de mejorar las relaciones diplomáticas y económicas, y la reanudación de las negociaciones sobre un acuerdo de libre comercio es un paso importante hacia el fortalecimiento de los vínculos comerciales con la Unión Europea.
A pesar de la distancia geográfica, la UE y el Indo-Pacífico están estrechamente vinculados y unidos por intereses económicos comunes y preocupaciones de seguridad compartidas. Como actor estratégico en el Indo-Pacífico, Filipinas está adquiriendo cada vez más importancia para los esfuerzos de la UE por diversificar sus redes comerciales y reducir la exposición a riesgos políticos y económicos. Por lo tanto, este acuerdo de libre comercio sirve como parte crucial de la estrategia más amplia de la UE para reducir los riesgos y generar resiliencia a través de asociaciones en todo el Indo-Pacífico. Estas dinámicas geopolíticas cambiantes subrayan cómo la búsqueda de estabilidad de la UE y los esfuerzos de Filipinas para fortalecer aún más su posición internacional encajan e impulsan el progreso hacia un acuerdo comercial ambicioso e integral.
El potencial económico de Filipinas
El acuerdo de libre comercio entre la UE y Filipinas encierra un enorme potencial para fortalecer las relaciones bilaterales y marca una nueva fase en sus relaciones económicas. Con la histórica visita de la presidenta de la Comisión de la UE, Ursula von der Leyen, a Filipinas en julio de 2023, ambas partes manifestaron la fuerte voluntad política de reiniciar las negociaciones estancadas durante mucho tiempo.. Las negociaciones oficiales se reanudaron en la semana del 14 de octubre de 2024 y se espera que la próxima ronda tenga lugar en febrero de 2025. La tercera ronda seguirá en junio de 2025 y la cuarta en octubre de 2025.
La UE y Filipinas celebrarán seis décadas de relaciones diplomáticas en 2024 y están dispuestos a profundizar aún más sus vínculos comerciales y de inversión, particularmente en sectores cruciales para un futuro sostenible. Se espera que el acuerdo comercial aumente el comercio bilateral hasta 6.000 millones de euros.
Desde la perspectiva filipina, la reanudación de las negociaciones sobre un acuerdo de libre comercio entre la UE y PH se considera oportuna y necesaria. Marcos destacó que las recientes reformas económicas del país – como la liberalización de los sectores de telecomunicaciones, transporte y energías renovables – crean condiciones favorables para la celebración del acuerdo. Dado que el Sistema Generalizado de Preferencias Plus (SGP+) de la UE expira en 2027, Filipinas necesita urgentemente asegurar beneficios económicos a largo plazo a través de un acuerdo de libre comercio. Desde 2014, Filipinas se ha beneficiado del GSP+, que permite importar a la UE 6.274 productos libres de derechos. Aunque se ha propuesto una extensión, Filipinas corre el riesgo de perder estos beneficios, ya que se espera que alcance la categoría de ingreso mediano alto en los próximos años.
A medida que avanza el tiempo para el GSP+, Filipinas elegirá un nuevo presidente en 2028. Por lo tanto, la conclusión del acuerdo de libre comercio entre la UE y Filipinas antes de 2028 es importante desde una perspectiva tanto política como económica para asegurar beneficios comerciales a largo plazo y mejorar el acceso al mercado. La conclusión del acuerdo dentro de la administración actual ayudaría a mantener el actual impulso positivo y crearía un marco estable para la cooperación económica sostenible y los beneficios mutuos.
El acuerdo de libre comercio ofrece a Filipinas numerosas oportunidades, incluido un mejor acceso al mercado para la agricultura, la confección, los minerales y el comercio digital. La industria textil local, por ejemplo, podría beneficiarse significativamente de la creación de empleo y el crecimiento de las exportaciones. La Asociación de Exportadores de Ropa de Filipinas estima que el sector podría crear entre 120.000 y 250.000 nuevos puestos de trabajo en los dos primeros años de la implementación del acuerdo de libre comercio, además de un valor de exportación de 600 millones de dólares en los primeros dos o tres años. Además, la subcontratación de tecnologías de la información y procesos empresariales por valor de 50.000 millones de dólares está en auge (TI BPO) La industria también se beneficiará de un mejor acceso a los mercados de la UE. Además, el acuerdo ofrece a Filipinas la oportunidad de ampliar su cuota de mercado en Europa, que actualmente es inferior al 10 por ciento.
Sin embargo, persisten desafíos. Las preocupaciones sobre la exclusividad de los datos, los derechos de propiedad intelectual y los estándares ambientales han sido puntos clave de discordia en negociaciones anteriores. Resolver estas cuestiones será crucial para lograr un acuerdo integral y equilibrado. Al mismo tiempo, Filipinas ha logrado avances en áreas clave, particularmente en derechos humanos, incluidos esfuerzos para reformar su política de “guerra contra las drogas” para priorizar la prevención y la rehabilitación. También hubo novedades alentadoras en los casos de la periodista María Ressa y la ex senadora Leila de Lima. Dado el fuerte énfasis en los derechos humanos en su agenda comercial, tales mejoras serán una parte integral de las discusiones del TLC.
En última instancia, el Acuerdo de Libre Comercio UE-PH ofrece no sólo beneficios económicos, sino también avances compartidos en las áreas de sostenibilidad, derechos laborales y protección ambiental.
La perspectiva de la UE: centrándose en la asociación de economía verde con Manila
La Unión Europea sigue siendo un peso pesado de la economía global a pesar de una ligera disminución en su participación en el comercio mundial. Como líder en inversión extranjera directa (IED), que representa el 37,1 por ciento de las reservas mundiales de IED, la UE necesita utilizar su fortaleza económica de manera más efectiva. Un área de interés clave para Bruselas en la región de Asia y el Pacífico es el mercado filipino, la quinta economía más grande de la ASEAN con un PIB de 437 mil millones de dólares y una población de 115 millones. En 2022, el comercio de bienes entre la UE y Filipinas alcanzó más de 18.400 millones de euros (19.300 millones de dólares), mientras que el comercio de servicios alcanzó los 4.700 millones de euros en 2021.
Las vastas reservas de Filipinas de materias primas críticas como níquel, cobre y cromita son cruciales para la transición verde y digital de la UE. Filipinas tiene un enorme potencial minero y ocupa el quinto lugar en el mundo. Aproximadamente el 30 por ciento de su superficie terrestre (alrededor de 9 millones de hectáreas) ha demostrado tener importantes reservas minerales. El país es rico en recursos metálicos y tiene potencial para convertirse en una de las diez principales potencias mineras del mundo. En términos de superficie, ocupa el tercer lugar en oro, el cuarto en cobre, el quinto en níquel y el sexto en cromita.
Otra herramienta para impulsar la economía filipina es Global Gateway. Especialmente después de que varios proyectos destacados como parte de la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China, el Global Gateway, fueran cancelados en el pasado. podría verse como un reemplazo lógicoT. El acuerdo de financiación de 60 millones de euros entre la UE y Filipinas para el Programa de Economía Verde, firmado en el Foro Global Gateway celebrado en Bruselas el año pasado, marca un paso crucial en la transición de Filipinas hacia la sostenibilidad. Esta iniciativa tiene como objetivo promover una economía circular, reducir los residuos, mejorar la gestión del agua y promover las energías renovables. Si bien esto es loable, el verdadero desafío radica en garantizar un impacto significativo sobre el terreno, donde la colaboración entre los gobiernos nacionales y locales, el sector privado y los socios europeos será crucial.
El compromiso de la UE, en colaboración con contribuciones de Estados miembros como Alemania y Francia, está en consonancia con los esfuerzos de Filipinas para alcanzar sus ambiciosos objetivos climáticos y promueve el progreso compartido hacia la sostenibilidad. Además, el capítulo sobre Comercio y Desarrollo Sostenible de dicho acuerdo bilateral, que abarca normas sobre protección ambiental, puede apoyar y mejorar la implementación de medidas relacionadas con la sostenibilidad para un crecimiento económico verde y equitativo. Más allá de los beneficios ambientales, este acuerdo señala una cooperación más amplia entre la UE y Filipinas, lo que podría abrir puertas para fortalecer aún más los lazos económicos y aumentar el papel de Filipinas en la región.
El camino a seguir: la promesa del Tratado de Libre Comercio
Si bien el camino por recorrer puede ser complejo, la voluntad política renovada y la voluntad de negociar tanto de la Unión Europea como de Filipinas sugieren que un acuerdo de libre comercio está al alcance de la mano. Este acuerdo tiene el potencial de impulsar significativamente los flujos comerciales y de inversión al tiempo que mejora la cooperación en áreas clave como la tecnología, la sostenibilidad y la innovación, consolidando así a Filipinas como el socio estratégico de la UE en la región.
Mientras ambas partes miran hacia el futuro, el acuerdo de libre comercio no sólo proporciona una plataforma para fortalecer la cooperación económica sino que también alinea sus intereses compartidos en materia de sostenibilidad y estabilidad regional. Este compromiso renovado también tiene una dimensión geopolítica y refleja los esfuerzos de Manila por diversificar sus relaciones exteriores tras su acuerdo militar con Washington. La UE considera a Filipinas como un socio importante en el Indo-Pacífico, incluso cuando busca ampliar los lazos estratégicos a través de acuerdos comerciales similares con India, Indonesia y Tailandia. La conclusión de un acuerdo de libre comercio promoverá en última instancia el crecimiento y la resiliencia de ambas partes en una economía global cada vez más interconectada.
El panorama dentro de la UE es mixto: si bien está claro que se necesitan más acuerdos comerciales, en algunos Estados miembros persiste un reflejo proteccionista. El comercio a menudo se analiza junto con la “seguridad económica”, lo que sugiere una actitud menos comprometida hacia el libre comercio. Sin embargo, la UE enfrenta el doble desafío de invertir en su propia seguridad y al mismo tiempo fortalecer la competitividad económica para reducir las dependencias críticas. Los avances en materia de política comercial han sido relativamente lentos y se alcanzaron pocos acuerdos en la última sesión legislativa (por ejemplo, Vietnam, Nueva Zelanda y Chile). Se necesitan más acciones y el acuerdo de Manila puede ser una señal útil y necesaria para la nueva Comisión Europea de que está dispuesta a trabajar más estrechamente con Estados con ideas afines y que es un socio digno de confianza.