En la foto se muestran restos de casas dañadas por las inundaciones en Firozkoh, capital de la provincia de Ghor, Afganistán, el 18 de mayo de 2024. REUTERS/Stringer
Largueros | Reuters
Las inundaciones repentinas causadas por las fuertes lluvias estacionales han matado al menos a 68 personas en Afganistán, dijeron el sábado funcionarios talibanes, y agregaron que la cifra de muertos se basó en informes preliminares.
Afganistán experimentó precipitaciones estacionales inusualmente intensas.
En la provincia occidental de Ghor, muy afectada, 50 personas murieron, dijo Abdul Wahid Hamas, portavoz del gobernador provincial. También dijo que la provincia sufrió importantes pérdidas financieras después de que miles de casas y propiedades resultaron dañadas y cientos de hectáreas de tierras agrícolas fueron destruidas tras las inundaciones del viernes, incluida la capital, Feroz Koh.
Esmatullah Moradi, portavoz del gobernador provincial, dijo que 18 personas murieron y otras dos resultaron heridas en la provincia norteña de Farayab el viernes. En cuatro distritos se registraron daños a propiedades y tierras y se mataron más de 300 animales, añadió.
La agencia de alimentos de la ONU publicó en la plataforma de redes sociales Los equipos de evaluación del PMA están en el lugar para brindar asistencia, según la publicación.
El portavoz del gobierno talibán lamentó “la pérdida de nuestros compatriotas afganos” y pidió ayuda y a las organizaciones humanitarias para brindar ayuda a las comunidades afectadas.
La semana pasada, el PMA dijo que lluvias excepcionalmente intensas en Afganistán habían matado a más de 300 personas y destruido miles de hogares, especialmente en la provincia norteña de Baghlan, que sufrió la peor parte de las inundaciones el 10 de mayo.
Los supervivientes ya no tienen casa, tierra ni medios de vida, según la Organización para la Agricultura y la Alimentación. La mayor parte de Baghlan es “inaccesible para los camiones”, dijo el PMA, añadiendo que está recurriendo a todas las alternativas posibles para entregar alimentos a los supervivientes.
El último desastre se produjo tras devastadoras inundaciones que mataron al menos a 70 personas en abril. El agua también destruyó unas 2.000 viviendas, tres mezquitas y cuatro escuelas en las provincias occidentales de Farah y Herat y en las provincias meridionales de Zabul y Kandahar.