En Kazajstán, el cambio del alfabeto cirílico al latino se viene debatiendo desde los años 1990. Sin embargo, el gobierno kazajo no inició oficialmente una transición hasta finales de la década de 2010.
Un cambio de alfabeto en un país multiétnico como Kazajstán es un proceso significativo debido a la dinámica social interna y a implicaciones geopolíticas de largo alcance, particularmente con respecto a Rusia. Con el paso de los años, la latinización del alfabeto kazajo se convirtió en un símbolo de identidad nacional fortalecida y descolonización. Al mismo tiempo, el impacto sobre las minorías de Kazajstán, particularmente los de habla rusa, plantea una variedad de preguntas.
El surgimiento de la latinización
A diferencia de sus vecinos de Asia Central, como Uzbekistán y Turkmenistán, Kazajstán pospuso la adopción del alfabeto latino hasta la década de 2010. En 2017, el entonces presidente kazajo, Nursultan Nazarbayev, adoptó la “Kazajstán 2050” documento de estrategia en el que fijó el año 2025 como el inicio de la transición alfabética. Se creó una comisión especial a la que se encargó desarrollar el nuevo alfabeto. Desde entonces, se han presentado al público varias versiones del alfabeto, pero todas han sido descartadas debido a las críticas públicas. El Última versión Se presentó en 2021 y aún no se ha adoptado oficialmente.
En cuanto a la justificación lingüística, los funcionarios kazajos han argumentó que el alfabeto cirílico distorsiona la estructura fonética y la tradición del idioma kazajo. Los defensores de la latinización también afirmaron que la transición a un alfabeto latino ayudaría integración integrarse en la economía global y proporcionar un mejor acceso a las tecnologías y las innovaciones científicas. Sin embargo, estas previsiones optimistas se vieron frustradas debido a los desafíos financieros y sociales.
Desafíos presupuestarios y logísticos
La transición a Alphabet es una tarea costosa. Las últimas estimaciones de costes disponibles en 2018 afirmó que la latinización en Kazajstán costaría alrededor de 664 millones de dólares. Esta suma cubriría principalmente iniciativas educativas y la impresión de nuevos libros de texto en la nueva escritura latina. Se asignaron alrededor de 332 millones de dólares a la formación de docentes. En total, el costo del proyecto de latinización equivalió al 39 por ciento del PIB de Kazajstán en 2018 (el año en que se publicó la estimación), y costos tan altos generaron dudas sobre la viabilidad real de la iniciativa dentro del plazo propuesto.
A pesar de importantes inversiones financieras, la latinización experimentó numerosos retrasos. El calendario se amplió de 2023 a 2031.
Implicaciones sociopolíticas para las minorías nacionales
Una de las consecuencias más importantes del cambio de alfabeto en Kazajstán es el impacto en la importante minoría de habla rusa del país. Históricamente, los rusos étnicos constituían una gran parte de la población de Kazajstán, por ejemplo, en 1970 y 1979. rusos eran el grupo étnico más numeroso, constituían el 42,6 por ciento y el 40,9 por ciento de la población, respectivamente, en comparación con los kazajos étnicos, que constituían el 32,5 por ciento en 1970 y el 35,9 por ciento en 1979. 2021En 2008, la proporción de rusos étnicos cayó al 15,5 por ciento, lo que hace que la comunidad de Kazajstán siga siendo la más grande entre los estados de Asia Central.
El idioma ruso ha desempeñado tradicionalmente un papel dominante en la vida de Kazajstán y se utiliza predominantemente en la educación, los medios de comunicación y el sector privado. El uso del ruso continuó después de la independencia, y en voz alta Censo 2021Alrededor del 83,7 por ciento de la población de Kazajstán hablaba ruso, mientras que el 80,1 por ciento hablaba kazajo. Por lo tanto, la latinización del kazajo podría provocar un cambio sociocultural que conduzca a la marginación de las minorías de habla rusa, especialmente teniendo en cuenta que se considera que el cirílico está estrechamente vinculado a la lengua y la identidad rusas.
La elite política de Kazajstán siempre ha tratado de evitar cuidadosamente la cuestión del idioma ruso. En 2004Presidente Nazarbáyev Dijo que el idioma ruso une a la nación kazaja y a todos los ciudadanos de Kazajstán y que el idioma kazajo necesita tiempo para cumplir su papel unificador. Hablando de latinización, Nazarbayev repetido Describió el papel del ruso como «útil, influyente y aún poderoso» y calificó de «ventaja histórica» que los ciudadanos kazajos hablaran ruso.
El impacto más amplio del cambio de guión en otras minorías, como los uzbecos, tártaros, uigures y tayikos, no se ha estudiado tan bien. Sin embargo, estas comunidades también dependen de la escritura cirílica y podrían enfrentar desafíos similares durante la transición, lo que podría complicar aún más su acceso a la educación y al mercado laboral.
La dimensión geopolítica
La decisión de cambiar el alfabeto en Kazajstán no puede verse sólo como una cuestión política interna, ya que puede tener importantes implicaciones geopolíticas. Dado que el cirílico está asociado con la influencia y el legado de Rusia en la región, se considera la transición al latín. haz un esfuerzo Distanciar a Astaná de Moscú y del pasado soviético y, en cambio, alinear al país más estrechamente con Occidente y otros países de habla turca.
La reacción oficial del gobierno ruso fue bastante cautelosa. El Ministro de Asuntos Exteriores ruso Serguéi Lavrov dijo que Rusia no ve la latinización como una violación de los derechos de la población de habla rusa. Y añadió: “Independientemente de dónde se encuentren los compatriotas rusos, garantizar sus intereses y derechos es la principal prioridad de Moscú”.
Sin embargo, los expertos y los medios de comunicación rusos son mucho más críticos. En particular, el autor ruso Alexander Shustow publicó numerosas publicaciones y advirtió a los responsables kazajos sobre las consecuencias negativas del cambio alfabético. Shustov predijo que la latinización conduciría a la alienación de las poblaciones de habla rusa en Kazajstán y provocaría su migración desde el norte de Kazajstán, donde vive un número significativo de rusos.
Estas preocupaciones se intensificaron después de la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014 y la guerra en curso en Ucrania. En este contexto, los dirigentes kazajos tienen cuidado de equilibrar sus relaciones con Rusia y al mismo tiempo fortalecer su independencia e identidad nacional. En 2022, el presidente kazajo Kassym-Jomart Tokayev especificado que la latinización no debe apresurarse y agregado en 2023 que el proyecto “no debería ser una mera conversión mecánica del cirílico al latín”. Esto sugiere que, si bien Tokayev no ha archivado por completo el proyecto de latinización, no comparte la energía y el interés personal que Nazarbayev tiene por el alfabeto. cambiar.
Implicaciones culturales y educativas.
Para los hablantes de kazajo, el cambio al latín se presenta como una restauración de las identidades nacionales y culturales y una ruptura con el pasado colonial de Kazajstán. Partidario de la latinización creer que la transición al alfabeto ayudará a restaurar las raíces turcas presoviéticas del idioma kazajo. crítico estrés que el énfasis en la formación de la identidad puede conducir a una mayor división y producirse a expensas de la accesibilidad lingüística para los no hablantes de kazajo, particularmente en el campo Capacitación.
El período de cambio de alfabeto puede ser un gran desafío para las escuelas y universidades, ya que la mayoría de los libros de texto y exámenes actualmente solo están disponibles en escritura cirílica. Los profesores carecen de la formación necesaria para enseñar el alfabeto latino, mientras que las generaciones mayores, a quienes se les enseña principalmente exclusivamente en escritura cirílica, pueden tener dificultades para adaptarse a la nueva escritura. Esta brecha generacional podría exacerbar aún más las desigualdades socioeconómicas entre los hablantes de kazajo y ruso, particularmente en las zonas rurales de Kazajstán.
Además, el gobierno kazajo debe equilibrar cuidadosamente la promoción del latín kazajo con el uso continuo de la escritura cirílica para las lenguas minoritarias. Sin embargo, este sistema de escritura dual puede profundizar las divisiones sociolingüísticas y conducir al aislamiento cultural de las minorías no kazajas. El hecho de que haya habido poco o ningún debate público sobre el desarrollo de nuevos alfabetos latinos o su impacto potencial en las comunidades minoritarias plantea dudas sobre la naturaleza exclusiva de los procesos de construcción nacional de Kazajstán.
La latinización como herramienta de descolonización
El proyecto de latinización de Kazajstán es, en esencia, parte de un esfuerzo más amplio para descolonizar el pasado soviético. Muchos países postsoviéticos intentaron restaurar sus lenguas nacionales y eliminar la influencia rusa. Para Kazajstán, la latinización es una forma de adaptarse más estrechamente a la economía global y al mismo tiempo distanciarse de Rusia.
El proyecto del nuevo alfabeto también puede verse como parte de un movimiento más amplio hacia una unión más fuerte de los países de habla turca. Durante la reciente cumbre de la Organización de Estados Turcos en Astaná en noviembre de 2023, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo llamado a los líderes de Azerbaiyán, Kazajstán, Kirguistán y Uzbekistán a desarrollar un alfabeto turco común para “fortalecer la unidad” en el que las lenguas juegan un papel importante.
Sin embargo, el proceso de descolonización a través de la latinización está lleno de contradicciones internas. El proyecto, presentado por el gobierno como un paso hacia la modernización y la internacionalización, enfatiza el nacionalismo étnico. El discurso oficial sobre la latinización se refiere casi exclusivamente a los kazajos y a los pueblos de habla kazaja y descuida por completo las preocupaciones y necesidades de las minorías no kazajas. Finalmente, la actual política lingüística de Kazajstán. Espejo Reformas lingüísticas al estilo soviético: este es exactamente el concepto del que el país está tratando de distanciarse.
La transición de Kazajstán al alfabeto latino es una señal de tendencias más amplias en la región, donde las reformas del alfabeto están vinculadas a cuestiones de identidad nacional, cambios geopolíticos y discursos poscoloniales. Por un lado, la latinización apunta a modernizar el país y fortalecer la identidad nacional; por otro lado, también plantea dudas sobre la inclusión de las reformas de alfabetización, particularmente para las comunidades minoritarias no kazajas.
Por supuesto, harán falta algunos años para que se haga evidente el impacto total de la transición; Sin embargo, los primeros signos sugieren que el cambio al alfabeto latino podría profundizar aún más las divisiones socioeconómicas y lingüísticas dentro de Kazajstán. Para avanzar en las reformas, el gobierno kazajo debe abordar cuidadosamente los desafíos culturales, educativos y geopolíticos y aplicar una política lingüística de una manera más inclusiva. A medida que Kazajstán siga construyendo su identidad postsoviética, la política lingüística seguirá siendo fundamental para esta narrativa en evolución.