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El autor es el autor de “Chip War”
¿Cuál es el significado del nuevo chip para teléfonos inteligentes de Huawei? La controvertida empresa de telecomunicaciones china ha sido noticia porque su nuevo teléfono Mate 60 Pro cuenta con un sofisticado chip de desarrollo propio. SMIC, el fabricante chino de chips con el que ha trabajado Huawei, nunca antes había fabricado un semiconductor tan avanzado.
La industria de los chips está dividida sobre lo que eso significa. Por un lado, SMIC solo ha conseguido reproducir un proceso de fabricación denominado 7 nanómetros, que la taiwanesa TSMC, primer fabricante de chips del mundo, ya producía en grandes cantidades en 2018. En general, SMIC está media década por detrás de TSMC en la adopción de nuevos procesos de fabricación. Según esta métrica, el proceso de 7 nm de la empresa china va según lo previsto.
Además, para producir los chips de Huawei, SMIC utilizó máquinas de litografía DUV en lugar de herramientas EUV más avanzadas, cuya compra está prohibida. Los fabricantes de chips extranjeros como TSMC e Intel aprendieron a fabricar chips de 7 nm utilizando máquinas DUV hace años antes de recurrir a herramientas EUV más eficientes. Por lo tanto, los costes de fabricación de SMIC probablemente sólo sean competitivos porque el gobierno chino corre con los costes. Por lo tanto, el chip de 7 nm de la compañía es todo menos un avance sin precedentes.
Aun así, el hecho de que SMIC haya fabricado millones de estos chips es un verdadero progreso y una prueba de que los controles en Estados Unidos, Países Bajos y Japón son todo menos estrictos. Los Países Bajos siguen permitiendo el envío de equipos avanzados de litografía DUV hasta finales de este año. Mientras tanto, empresas de los tres países y otras naciones occidentales continúan enviando herramientas menos avanzadas a China, además de productos químicos, gases y equipos de envasado de chips esenciales. Los halcones de China en el Congreso de Estados Unidos cuestionan la lógica de prohibir la transferencia de ciertas herramientas pero vender los químicos necesarios para ejecutarlas.
Pero centrarse sólo en el chip principal del nuevo teléfono de Huawei pasa por alto implicaciones más amplias: el Mate 60 Pro muestra que Beijing sigue decidido a expulsar del mercado chino a los fabricantes de chips y a las empresas de electrónica occidentales.
Reemplazar chips importados con componentes nacionales ha sido el objetivo declarado de China desde aproximadamente 2014, cuando lanzó su primer gran fondo de desarrollo de semiconductores. Pero hasta ahora, la mayoría de los teléfonos vendidos en el país -incluso los de marcas locales como Oppo y Xiaomi- estaban llenos de chips fabricados en el extranjero.
El Mate 60 Pro de Huawei es diferente: puede que sea el teléfono inteligente más avanzado «chino» jamás fabricado. Además del procesador principal de 7 nm del teléfono, muchos de los chips adicionales del teléfono son de desarrollo propio, incluidos Bluetooth, Wi-Fi y chips de administración de energía.
Por supuesto, nadie sabe si los proveedores locales de Huawei podrían competir en costos en un mercado competitivo. Pero los costos importan menos cuando el gobierno financia una iniciativa de autosuficiencia. Cuando se lanzó el nuevo teléfono, Beijing anunció un nuevo fondo de 40 mil millones de dólares -uno de varios en los últimos años- para proporcionar subsidios a los fabricantes de chips.
El gobierno también está ayudando con nuevas restricciones dirigidas al principal competidor del Mate 60 Pro, el iPhone. El teléfono de Huawei se lanzó junto con informes de que las instituciones gubernamentales chinas y las empresas estatales estaban impidiendo que sus empleados compraran productos Apple.
Todo esto amenaza a las empresas extranjeras que han trabajado para estabilizar las relaciones comerciales entre China y Occidente. En julio, los jefes de semiconductores estadounidenses hicieron una peregrinación a Washington para argumentar en contra de nuevas restricciones a China. Ahora su cuota de mercado está en juego. Si el mercado chino parece estar perdido, las empresas estadounidenses no tienen motivos para ejercer presión para acceder a ese mercado.
Y a medida que sus chips son reemplazados por versiones locales, pueden preguntarse si la decisión de Occidente de continuar suministrando a China herramientas y productos químicos para la fabricación de chips realmente les conviene.