Le Pen, de 53 años, es actualmente miembro de la Asamblea Nacional de Francia y representa a Calais, la ciudad en la costa cercana al Reino Unido que lucha para hacer frente a los inmigrantes que se mudan al Reino Unido.
Es mejor conocida como miembro de la primera familia de extremistas franceses de extrema derecha. Su padre, Jean-Marie Le Pen, fundó el Frente Nacional en 1972, un partido político visto durante mucho tiempo como racista y antisemita. Cuando la joven Le Pen tomó las riendas de su padre como líder del partido en 2011, intentó cambiar el nombre del Frente Nacional a Mainstream, llegando incluso a expulsar a su padre del partido político que fundó después de que repitiera su afirmación de que era las cámaras de gas de los nazis eran sólo un detalle de la historia.
Sin embargo, Le Pen comparte la opinión de su padre sobre la inmigración. En su fallida campaña contra Macron, trató de posicionarse como el Donald Trump francés, alegando representar a la clase obrera francesa olvidada que había sufrido la globalización y los avances tecnológicos.
Pero su postura nacionalista económica, sus puntos de vista sobre la inmigración, el euroescepticismo y sus posiciones sobre el Islam en Francia (quiere que sea ilegal que las mujeres usen velo en público) resultaron impopulares entre los votantes franceses, ya que fue criticada contra los macrones en su primera campaña electoral.
Si bien «detener la inmigración descontrolada» y «erradicar las ideologías islamistas» siguen siendo las dos principales prioridades de su plataforma, Le Pen ha buscado ampliar su atractivo.
En las semanas previas a la primera ronda de votaciones, Le Pen hizo una fuerte campaña en ediciones de bolsillo, a menudo comenzando entrevistas y apariciones en los medios explicando a los votantes cómo los ayudaría a lidiar con la inflación y el aumento de los precios del combustible, temas candentes para el público francés.
La estrategia parece haber funcionado. A Le Pen le fue mucho mejor en la primera ronda en 2022 que hace cinco años, y las encuestas de la encuestadora IFOP han sugerido que una segunda vuelta entre Macron y Le Pen podría terminar con un 53 por ciento a 47 por ciento a favor del titular.
Pero algunas de las otras posiciones políticas de Le Pen podrían alcanzarla en la segunda vuelta debido a la guerra en Ucrania. Durante mucho tiempo ha sido una admiradora vocal de Vladimir Putin, el hombre fuerte ruso convertido en paria en Occidente por la decisión del Kremlin de atacar a su vecino. Le Pen visitó al hombre fuerte ruso durante su campaña presidencial de 2017, pero esta vez se vio obligada a desechar un folleto con una foto de ella y Putin de ese viaje posterior a la invasión.
Su pasada aversión a la OTAN (la plataforma de campaña de Le Pen de 2017 incluía la retirada de Francia de la alianza) también podría ser un lastre. Una encuesta reciente de IFOP muestra que el 67% del público francés no cree que Francia deba abandonar la OTAN.
Melissa Bell y Joseph Ataman de CNN contribuyeron a este informe.