Granizos del tamaño de un puño y de hasta 10 centímetros de diámetro llovieron este martes en una zona del entorno del pueblo de La Bisbal d’Emporda. Habían herido a unas 50 personas más, en su mayoría huesos rotos y contusiones, dijo la emisora TV3.
«La gente comenzó a gritar y a esconderse», dijo el músico Sicus Carbonell, quien filmó las destructivas secuelas de la tormenta en Castell d’Emporda, un hotel cercano donde su banda tocaba en una terraza cubierta de lona, mientras todos se veían obligados a refugiarse.
«Había caos, niños y niñas pequeños corriendo solos, algunos padres pudieron agarrar a sus hijos», dijo a Reuters.
“Había una niña de unos tres o cuatro años que no se escondía debajo de la sombrilla. Salí corriendo y la agarré», dijo.
«Entonces una piedra de granizo atravesó la tela… y le dije a mi grupo que o íbamos al restaurante o una de esas pelotas de tenis nos iba a caer encima y no íbamos a lograrlo».
El niño, que recibió un golpe en la cabeza en La Bisbal d’Emporda, murió en el Hospital Trueta de Girona, dijeron las autoridades allí.
Según Meteocat, las granizadas fueron las más grandes de Cataluña en dos décadas. Partes de la región permanecieron en alerta de tormenta el miércoles.