En las últimas semanas, China y Pakistán han mostrado un mayor interés en una mayor cooperación, particularmente en la reactivación de la próxima fase del Corredor Económico China-Pakistán (CPEC). Además de la cooperación en materia de seguridad para el personal y los proyectos chinos en Pakistán, las conversaciones en curso entre las dos partes tienen como objetivo resolver cuestiones financieras pendientes.
La “lista de deseos” de Pakistán para la próxima fase del CPEC incluye varios proyectos de diferentes sectores. Se espera que la lista de deseos sea presentada al primer ministro chino, Li Qiang, cuando visite Pakistán el próximo mes para asistir a la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai en Islamabad.
Los componentes esenciales de esta nueva fase del CPEC son cinco corredores clave: crecimiento, innovación, iniciativas verdes, mejora de las condiciones de vida y conectividad regional. En particular, facilitarán el progreso de próximos proyectos, como la expansión de la red ferroviaria y el desarrollo de zonas industriales, componentes cruciales que estimularán la actividad económica.
Es evidente un cambio notable en la estrategia a medida que Pakistán busca transformar el CPEC en un modelo de cooperación entre empresas. En esencia, este enfoque invita a la participación del sector privado.
El Primer Ministro Shehbaz Sharif articuló recientemente una visión en la que las empresas conjuntas entre empresas paquistaníes y chinas, particularmente en textiles y agricultura, están en el centro de esta iniciativa. Estas asociaciones, según el Primer Ministro de Pakistán, tienen como objetivo no sólo promover el crecimiento interno sino también permitir la exportación de productos a mercados con alta demanda.
El ministro de Finanzas, Muhammad Aurangzeb, se hizo eco de estos sentimientos y abogó por un papel de liderazgo para el sector privado de Pakistán en la construcción de esta próxima fase del CPEC. Según el ministro de Finanzas, centrarse en monetizar la infraestructura en lugar de simplemente construirla ofrece la oportunidad de un crecimiento económico sostenible que beneficiará a ambos países.
Además, la evolución de la cooperación en materia de seguridad entre Pakistán y China es fundamental para abordar los desafíos que plantean las amenazas a los proyectos y al personal chinos en Pakistán. Los ataques a estas iniciativas sin duda han creado fricciones y socavado el progreso del CPEC en los últimos años. Los críticos señalan con razón que la precaria situación de seguridad, particularmente en Baluchistán, continúa presionando significativamente los esfuerzos para mejorar la cooperación relacionada con el CPEC.
Sin embargo, dados estos desafíos, existe una urgencia obvia para que ambos países encuentren soluciones a través de canales innovadores de cooperación. El reciente intercambio de propuestas muestra que ambas partes quieren intensificar su cooperación en la lucha contra el terrorismo. En particular, un acuerdo de cooperación antiterrorista propuesto sugiere un enfoque proactivo. Hay planes para establecer una empresa de seguridad conjunta dedicada a proteger a los ciudadanos chinos, que ya está desplegada o en proceso de despliegue en la Fase II del CPEC.
Además, la supuesta propuesta de China de incorporar medidas de seguridad avanzadas, como equipos de seguridad móviles montados en vehículos y vehículos blindados en la Fase II, demuestra una comprensión de los riesgos involucrados y una voluntad de invertir en estrategias de protección.
La voluntad de Pakistán de trabajar con los líderes chinos representa un punto de inflexión.
Las recientes reuniones de alto nivel entre el Ministro del Interior de Pakistán, Mohsin Naqvi, y el Ministro de Asuntos Políticos y Legales de China, Chen Mingguo, demostraron el fuerte deseo de ambas partes no sólo de abordar los desafíos militares sino también de ampliar la discusión sobre el tema a otras áreas relacionadas. En este sentido, la asociación parece ir más allá de meras discusiones sobre lucha contra el terrorismo, ya que también incluye cooperación transfronteriza en iniciativas contra el contrabando y las drogas.
Además, se están discutiendo ejercicios conjuntos de fuerzas policiales y paramilitares en zonas que conectan China y Pakistán, como Xinjiang y Gilgit-Baltistan. Esto muestra que existe una necesidad cada vez mayor de una estrategia integrada para mantener la estabilidad a lo largo de rutas críticas para el éxito del CPEC.
Además, la capacidad de Pakistán para conseguir el apoyo financiero chino fue crucial a la hora de negociar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). La ayuda de China ha sido crucial ya que el país no ha presionado indebidamente a Islamabad para que realice pagos pendientes al CPEC o retire sus 4.000 millones de dólares en depósitos en divisas, un prerrequisito necesario para finalizar el nuevo acuerdo con el FMI. Esto demuestra que los intereses de China en Pakistán son estratégicos y pueden resistir circunstancias difíciles.
Aunque ambas partes reconocen la necesidad de trabajar juntas y encontrar soluciones cooperativas al CPEC y a los problemas de seguridad frente a las crecientes amenazas, persisten dudas sobre si estas iniciativas realmente abordan las causas subyacentes de la inestabilidad o si sólo pueden servir como una solución temporal.