Durante la reciente visita del Primer Ministro Shehbaz Sharif a China, la primera desde su victoria en las elecciones generales de febrero, Pakistán y China anunciaron planes para modernizar el Corredor Económico China-Pakistán (CPEC), lanzando la Fase II de esta ambiciosa iniciativa.
El proyecto CPEC de 62 mil millones de dólares conecta el puerto de Gwadar en Pakistán con la región china de Xinjiang a través de carreteras y líneas ferroviarias. Además, en la ruta también se están desarrollando proyectos energéticos y zonas económicas especiales. Pakistán ha promocionado durante mucho tiempo el CPEC como una iniciativa para revitalizar su economía. Sin embargo, el CPEC ha tenido dificultades para ganar terreno.
El objetivo de la visita de Sharif a Beijing era convencer al gobierno chino de la voluntad de Pakistán de garantizar la seguridad de los proyectos y reactivar así la debilitada iniciativa.
En una reunión entre Sharif y el presidente chino Xi Jinping, ambas partes discutieron la alineación de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) con los planes de desarrollo de Pakistán, así como la ampliación de la cooperación en áreas como la agricultura, la minería, la sociedad y los medios de vida.
La BRI es el ambicioso plan de China para desarrollar nuevas rutas comerciales que conecten a China con el resto del mundo. CPEC se considera la iniciativa emblemática de la BRI.
El anuncio de los líderes chinos de apoyar el desarrollo de Pakistán es significativo, especialmente dado que el país enfrenta una crisis financiera masiva.
Durante la reunión con Sharif, Xi destacó la importancia de China para su relación con Pakistán. China considera las relaciones entre China y Pakistán desde una «perspectiva estratégica y de largo plazo», dijo. Al mismo tiempo, destacó que Pakistán necesita crear un “entorno empresarial seguro, estable y predecible y garantizar eficazmente la seguridad del personal, proyectos y organizaciones chinos que operan en el país”.
Las preocupaciones de China sobre la seguridad de sus ciudadanos y la estabilidad política en Pakistán han aumentado a lo largo de los años, particularmente después de que un atentado suicida matara a cinco ingenieros chinos que trabajaban en un proyecto de presa en el noroeste del país en mayo de 2024.
La actual inestabilidad política en Pakistán también ha creado incertidumbre entre los inversores y partes interesadas internacionales, incluida China.
Según se informa, Beijing pidió recientemente a Pakistán que lanzara una operación militar a gran escala contra militantes terroristas que tuvieran como objetivo a ciudadanos chinos en Pakistán. Además, el país debería aumentar sus reservas de divisas y liquidar los pagos pendientes a los productores de electricidad que operan en el país.
En respuesta a estas demandas, los líderes civiles y militares de Pakistán están haciendo esfuerzos concertados para abordar las preocupaciones de los inversores sobre la estabilidad política y la situación de seguridad del país. El jefe del ejército, el teniente general Asim Munir, acompañó a Sharif en su visita a Beijing. El objetivo era dar a los dirigentes chinos un frente unido. Munir acompañó a Sharif en reuniones clave con líderes chinos, incluidos Xi y el primer ministro Li Qiang, para subrayar el compromiso de Pakistán de abordar las preocupaciones de Beijing sobre la estabilidad política y la seguridad.
A pesar de la óptica positiva durante la visita de Sharif, Islamabad todavía tiene mucho que hacer para ganarse la confianza de China y asegurar inversiones concretas. Esto es particularmente cierto para las inversiones relacionadas con CPEC y la resolución de cuestiones pendientes.
Si bien durante la visita se firmaron decenas de memorandos de entendimiento, no se anunciaron nuevas inversiones chinas ni prórrogas de pagos pendientes como solicitó Pakistán.
Esto es importante para Pakistán mientras se prepara para presentar su presupuesto para el próximo año fiscal y continúa las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre un nuevo acuerdo de préstamo. El país debe convencer tanto al FMI como a China para que brinden apoyo presupuestario en forma de nuevos préstamos y la extensión de pagos pendientes anteriores.
China puede esperar para decidir sobre las solicitudes presupuestarias de Pakistán hasta que el país complete su proceso presupuestario y las negociaciones en curso con el FMI.
Del mismo modo, puede ser de interés para el FMI ver cómo planea Pakistán abordar sus preocupaciones sobre el déficit presupuestario, particularmente con respecto al futuro de la deuda de Islamabad con China.
El desafío para Pakistán es abordar las preocupaciones de sus inversores y socios respecto de las reformas, la estabilidad política y la seguridad. A medida que China y Pakistán avancen con la segunda fase del CPEC, abordar estas preocupaciones será fundamental para que las relaciones vuelvan a encarrilarse.
La visita de Sharif a Beijing fue un paso en esta dirección, pero se necesita más para restaurar la confianza de China en Pakistán y asegurar su apoyo.