La esperada reunión entre el presidente chino, Xi Jinping, y el presidente estadounidense, Joe Biden, está prevista para la próxima semana durante la cumbre de APEC en San Francisco. Este encuentro despertó el interés mundial porque… Promesa de relaciones bilaterales más constructivasincluida la mejora de las relaciones económicas entre las dos economías más grandes del mundo.
En los últimos años, los vínculos económicos que alguna vez unieron estrechamente a China y Estados Unidos se han desmoronado, lo que ha aumentado los riesgos para las empresas y las inversiones globales. Se dice que la creciente rivalidad entre estas dos superpotencias se ha convertido en el mayor riesgo geopolítico para la estabilidad del mercado global. Instituto de Inversiones BlackRock.
China y Estados Unidos han realizado gestos amistosos e intercambios de alto nivel en los últimos meses, todos destinados a mejorar el tono y la sustancia de las relaciones bilaterales y revertir los deteriorados vínculos económicos. Secretario del Tesoro de EE.UU. Janet Yellen China aseguró que Estados Unidos no tiene la intención de romper completamente las relaciones económicas ni excluir a China del actual sistema comercial. Las reuniones del presidente Xi Jinping en Beijing con el líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, y luego con el gobernador de California, Gavin Newsom, sugirieron que se está produciendo una tendencia ascendente. Mientras tanto, la cálida bienvenida de China a Micron, un fabricante de chips estadounidense objetivo, en la Exposición Internacional de Importaciones de China envió una señal positiva a las empresas estadounidenses.
Sin duda, todo esto ha preparado el terreno para la próxima cumbre. Sin embargo, el sentimiento del mercado ha adoptado una actitud de esperar y ver qué pasa. El Instituto de Inversiones BlackRock Todavía considera que las tensiones entre China y Estados Unidos son un riesgo geopolítico significativo y califica el reciente deshielo como “frágil”. Esta cautela es ciertamente apropiada, ya que los esfuerzos diplomáticos anteriores, como la cumbre Biden-Xi al margen de la reunión del G20 en Bali hace un año, fueron prometedores pero lamentablemente no dieron como resultado cambios significativos en las relaciones económicas.
En medio de tensiones profundamente arraigadas en las relaciones económicas entre China y Estados Unidos, resolver cuestiones fundamentales se convierte en un prerrequisito crítico para lograr avances significativos. El desafío central que subyace a sus esfuerzos por estabilizar las relaciones económicas es: ¿pueden China y Estados Unidos cerrar la brecha entre sus enfoques opuestos para lograr un objetivo común? Dicho de manera más simple: dadas las disputas políticas y las diferentes perspectivas sobre la mitigación del riesgo económico, ¿pueden estas dos naciones comenzar a desarrollar un nuevo marco para relaciones bilaterales mutuamente beneficiosas?
Desde este año, el concepto de “eliminar riesgos” se ha convertido en la estrategia económica preferida de la administración Biden hacia China. Este enfoque apunta a reducir la dependencia de China para salvaguardar los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos sin buscar una desconexión total. Sin embargo, China considera la “reducción de riesgos” como una forma apenas velada de “desacoplamiento” destinada a obstaculizar el crecimiento económico de China bajo el pretexto de las preocupaciones de seguridad nacional de Estados Unidos. China insiste en que, independientemente de su fórmula retórica, Estados Unidos no debe citar preocupaciones de seguridad como base para restringir las inversiones de las empresas estadounidenses en China y para instar a las empresas estadounidenses a diversificar sus cadenas de suministro fuera de China.
Las diferentes interpretaciones de la reducción del riesgo por parte de China y Estados Unidos ilustran la profunda inquietud con la que ven el estado actual y el desarrollo de sus relaciones económicas. Para promover la estabilidad en sus relaciones bilaterales, será crucial encontrar una manera de mejorarla.
Otro obstáculo que es necesario superar es la gestión de la creciente competencia estratégica entre las dos naciones. A medida que las tensiones geopolíticas impactan cada vez más en las relaciones económicas más amplias, el espacio para la cooperación se está reduciendo. Sin reglas claras para una competencia sana, los esfuerzos por restablecer relaciones económicas estables se verán arrastrados a una competencia intensificada.
La intensificación de la competencia se refleja en el creciente número de sanciones impuestas por ambas partes. A estudiar Chen Wenling, economista jefe del Centro Chino para el Intercambio Económico Internacional (CCIEE), informó que Estados Unidos ha impuesto más de 1.000 sanciones contra China desde 2018, dirigidas a 725 organizaciones y 241 personas. Después de que estalló la guerra de Ucrania en 2022, esta tendencia continuó con al menos seis rondas más de sanciones.
Es significativo que un número significativo de estas sanciones se impusieran a pesar de los intercambios diplomáticos de alto nivel en curso, lo que subraya que la diplomacia ha sido ineficaz para contener las represalias. Esta pérdida de confianza en la eficacia de los esfuerzos diplomáticos es un hecho preocupante para ambas partes y socava las perspectivas de construir relaciones estables.
Dado que ambos países destacan las preocupaciones de seguridad en las relaciones económicas, la competencia entre China y Estados Unidos no muestra signos de desaceleración. Mientras Estados Unidos insiste Ampliación de las restricciones a las exportaciones de chipsChina ha aprovechado sus recursos y experiencia en la producción de minerales importantes como: B. utilizado estratégicamente tierra extraña Y grafito interrumpiendo el acceso de Estados Unidos a materiales críticos para fabricar semiconductores y baterías para vehículos eléctricos. Aparentemente ninguna de las partes está dispuesta a conceder una ventaja en sus respectivas áreas de fortaleza.
Dado que las diferencias fundamentales entre las dos naciones permanecen sin cambios, una fuente anónima del gobierno de EE. UU. indicó que no se esperaba ningún avance significativo en la próxima cumbre Biden-Xi. Esta falta de avances es totalmente comprensible dada la complejidad de las tensiones bilaterales. Además, la inminente incertidumbre en torno a las elecciones presidenciales estadounidenses del próximo año ha llevado a China a asumir compromisos sustanciales.
A pesar de estas cautelosas expectativas judío belANchettela Cátedra Freeman China en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de Washington (CSIS), en uno Entrevista con la Prensa Asociada Enfatizó que “esta reunión, especialmente en el sistema chino, abre espacio para un mayor compromiso en el trabajo constructivo”.
Los acontecimientos recientes en los intercambios bilaterales sugieren que este compromiso ampliado podría implicar la reactivación de un marco institucionalizado para abordar las diferencias económicas. Esto sería de gran importancia. Como lo señaló Esteban Roach, ex presidente de Morgan Stanley Asia, los intercambios entre líderes son esenciales, pero por sí solos no son suficientes para hacer avanzar las relaciones entre China y Estados Unidos en una dirección positiva. Esto requiere el establecimiento de un marco institucionalizado para gestionar la relación.
En los últimos meses, ambas naciones han introducido una serie de mecanismos para mejorar el diálogo bilateral. Estos mecanismos incluyen iniciativas como: Sistema de intercambio de información sobre controles de exportación y reuniones de apertura de los grupos de trabajo económico y financiero. Estos canales tienen como objetivo facilitar los debates en curso sobre políticas macroeconómicas y financieras y perseguir objetivos específicos, incluida la resolución de cuestiones comerciales y tecnológicas delicadas. Como Janet Yellen Como se mencionó anteriormente, estos mecanismos pueden, en última instancia, “colocar nuestra relación sobre una base más segura”.
El próximo año estará plagado de numerosos eventos de alto riesgo que pueden tener un impacto significativo en las relaciones bilaterales y resonar en el mercado global. Las elecciones de enero Taiwán y las elecciones presidenciales estadounidenses del próximo noviembre tendrán sin duda un impacto significativo en la forma y el contenido de las relaciones bilaterales entre China y Estados Unidos. En vista de estos desafíos, la diplomacia de liderazgo, el restablecimiento de mecanismos regulares para la discusión concreta de importantes cuestiones económicas y la esperada reanudación de la discusiones militar-militares será crucial. Si se puede llegar a un acuerdo de liderazgo en la cumbre Biden-Xi para establecer un marco que facilite una comunicación sustantiva regular entre las dos naciones en todas las áreas de interés mutuo, se contribuiría en gran medida a aliviar los temores del mercado y, más ampliamente, a promover la proporcionar estabilidad global.