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Bienvenido al nuevo año y a nuestro manual anual sobre qué esperar en Asia Pacífico.
Deja vu es un término francés para el extraño fenómeno de sentir que has experimentado algo que sabes que no has experimentado. Ninguno de nosotros ha vivido para ver el año 2025, pero a medida que amanece hay una clara sensación de familiaridad y temor.
Un detonante clave de este sentimiento de déjà vu es el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos. En toda Asia, los gobiernos y las sociedades están conteniendo la respiración: ¿Qué versión de Trump entrará a la Casa Blanca el 20 de enero? ¿Dónde caerán sus elogios? ¿Dónde encontrará un blanco su ira?
Pero eso no es todo lo que trae recuerdos del pasado prepandémico: Corea del Sur comienza el año en un limbo político después de destituir a otro presidente en diciembre; y China se encuentra nuevamente en medio de una ofensiva anticorrupción, esta vez dirigida al ejército del país. Es posible que Japón esté regresando a los días en que cambiaba de primeros ministros con una frecuencia preocupante. Las tensiones están aumentando en el Mar de China Meridional a medida que regresa la militancia en Pakistán.
Volvemos a preguntar a nuestros redactores qué buscan cuando llegue el año 2025 a las regiones que cubrimos. Si hay alguna guía real, es ésta: en toda la región de Asia y el Pacífico, los gobiernos están lidiando con la incógnita conocida de una segunda presidencia de Trump; Al mismo tiempo, se enfrentan a agitaciones políticas internas de carácter económico o social que complican y limitan sus opciones.
La atmósfera geopolítica está cargada: ¿dónde caerá el próximo rayo?
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