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Roula Khalaf, editora del FT, recoge sus historias favoritas en este boletín semanal.
Los minoristas europeos y americanos miran hacia atrás con preocupación. La ropa y los artículos para el hogar extremadamente baratos en los mercados en línea chinos han visto erosionada su participación de mercado recientemente. Shein, que se especializa en “moda rápida”, está alcanzando rápidamente a las tiendas de ropa tradicionales Zara y H&M. Temu, que vende de todo, desde decoración económica hasta productos electrónicos, aumentó su perfil después de publicar anuncios durante el Super Bowl de este año. Las inteligentes campañas de TikTok y las sofisticadas cadenas de suministro también han aumentado el atractivo de ambas empresas. Pero los proveedores occidentales ven algo más en este éxito.
Temu y Shein pueden mantener sus precios bajos en parte enviando sus artículos directamente a los consumidores en paquetes pequeños, evitando así aranceles. La UE, EE.UU. y el Reino Unido aplican normas “de minimis”, que establecen una cantidad mínima por debajo de la cual los artículos importados están libres de impuestos. Estos subsidios tienen como objetivo evitar que las pequeñas empresas y los hogares se vean cargados con altos costos por envíos de bajo valor. Los trámites aduaneros para estos artículos suelen ser antieconómicos.
Actualmente, la Comisión Europea está considerando eliminar el límite de 150 euros. Los políticos estadounidenses también están considerando reducir o eliminar el generoso límite de 800 dólares. Existen dos motivos principales para esto. En primer lugar, se trata de evitar lo que se considera competencia desleal para los minoristas nacionales. En segundo lugar, se trata de bloquear a los proveedores chinos que pueden estar incumpliendo las regulaciones ambientales, de derechos humanos y de seguridad de los productos porque sus paquetes están sujetos a controles menos estrictos en la frontera. El hecho de que Occidente esté envuelto en una importante disputa comercial con Beijing es quizás otra razón.
Las autoridades tienen argumentos más sólidos por razones éticas que por razones de competencia. Shein y Temu simplemente desarrollaron un modelo de negocio para aprovechar una exención legal. La semana pasada, Amazon anunció planes para emularlos y realizar envíos directamente desde los almacenes chinos. Esta estrategia brinda a los consumidores acceso a productos más baratos y mayores opciones, especialmente en un momento en el que se encuentran bajo una fuerte presión por la crisis del costo de vida. La competencia en el comercio minorista también sigue siendo fuerte. Aunque los minoristas chinos compiten bien en precio, las entregas tardan más y los productos no siempre son especialmente duraderos. Es posible que el modelo de negocio tampoco sea sostenible; Temu supuestamente quemó dinero.
Pero es necesario proteger a los consumidores de la compra de productos potencialmente dañinos. Una asociación europea de la industria del juguete descubrió recientemente que 18 de los 19 juguetes que probó comprados en Temu representaban un riesgo real para la seguridad de los niños. Las normas “de minimis” no deberían servir como puerta trasera para que productos obtenidos de forma poco ética entren en los mercados occidentales. Shein ha enfrentado acusaciones de trabajo forzoso en su cadena de suministro, lo que la empresa niega.
Sin embargo, una reducción significativa del subsidio de minimis causaría daños colaterales: los costos para los consumidores nacionales, las pequeñas empresas y los hogares aumentarían, mientras que al mismo tiempo se obstaculizaría el comercio, incluso con los países en desarrollo. Los países también podrían tomar medidas de represalia.
Para evitar que productos potencialmente dañinos ingresen a la UE, el bloque debería impulsar propuestas que responsabilicen a empresas como Shein y Temu de garantizar que los vendedores en sus plataformas cumplan con los estándares. Los mercados deben ser tratados como importadores oficiales, lo que les exige verificar cuidadosamente la calidad y el abastecimiento de los productos. La UE también debe aumentar su capacidad de control. Si las plataformas continúan violando las reglas, deberían enfrentar multas y limitación de privilegios, así como prohibiciones de productos hasta que se demuestre el cumplimiento.
El Partido Laborista británico, que iba por delante en las encuestas preelectorales, dijo que no tenía planes de retirar el alivio. Shein apunta a una IPO en Londres. Si esto sucediera, las autoridades deberían garantizar que la empresa mantenga altos estándares de gobierno corporativo. La presión también vendrá de los accionistas.
Es necesario persuadir y presionar a los gigantes del comercio electrónico de China para que cumplan con las normas laborales y de seguridad de los productos si quieren vender sus productos en los mercados occidentales. Pero derogar las exenciones arancelarias es un remedio contundente.