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Si bien el gobierno dice que está listo para trabajar con la comunidad internacional para llegar a una solución a los problemas de derechos humanos, cualquier solución debe ajustarse a la constitución del país.
El ministro de Relaciones Exteriores de Sri Lanka, Ali Sabry, hace un gesto mientras se dirige a los medios de comunicación en Colombo, Sri Lanka, el lunes 5 de septiembre de 2022.
Crédito: Foto AP/STR
Sri Lanka no aceptará una investigación internacional ordenada por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU sobre supuestos abusos de derechos durante la larga guerra civil del país, dijo un funcionario el lunes.
El canciller Mohamed Ali Sabry dijo que el gobierno está listo para trabajar con la comunidad internacional para llegar a una solución a los problemas de derechos humanos, pero cualquier solución debe cumplir con la constitución del país.
“Cualquier mecanismo externo, cualquier mecanismo externo para reunir pruebas, acusar a ciudadanos fuera del país, ordenar a jueces mixtos que vengan a conocer los casos, todo eso es contrario a la Constitución. Así que no podemos estar de acuerdo con eso”, dijo.
La declaración es una reversión de la postura anterior del presidente Ranil Wickremesinghe cuando era primer ministro. En 2015, copatrocinó una resolución que aprobaba una investigación conjunta sobre presuntos abusos que involucraban a jueces, abogados defensores, fiscales jefe e investigadores del Commonwealth y otros extranjeros.
Wickremesinghe actualmente cuenta con el respaldo en el Parlamento de legisladores leales a su predecesor, Gotabaya Rajapaksa, quien fue funcionario de defensa durante la guerra y tiene opiniones duras sobre el papel de la ONU en Sri Lanka.
Se espera que la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos proporcione una actualización sobre el progreso de Sri Lanka en la rendición de cuentas por los presuntos abusos en las próximas reuniones del Consejo de Derechos Humanos, que comienzan el 12 de septiembre en Ginebra, Suiza. Las reuniones duran hasta el 7 de octubre.
En marzo del año pasado, el Consejo adoptó una resolución que fortalece a la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos para recopilar, analizar y preservar información y desarrollar posibles estrategias para la futura rendición de cuentas por abusos contra los derechos humanos en Sri Lanka.
Sri Lanka libró una guerra civil con los ahora derrotados rebeldes tigres tamiles que luchaban por un estado independiente para la minoría étnica tamil del país. Los soldados del gobierno aplastaron a los rebeldes en 2009.
Tanto las fuerzas gubernamentales como los rebeldes fueron acusados de graves violaciones de derechos humanos. El gobierno fue acusado de bombardear hospitales y lugares donde los civiles tamiles desplazados se habían refugiado temporalmente y de controlar el suministro de medicamentos y alimentos como armas de guerra. El gobierno ha negado las acusaciones.
Los rebeldes han sido acusados de reclutar niños soldados, utilizar a civiles como escudos humanos y matar a quienes intentaron escapar de su control.
Sri Lanka atraviesa actualmente la peor crisis económica de su historia y busca ayuda internacional. Ha dejado de pagar préstamos extranjeros y sufre una grave escasez de combustible, medicinas y algunos alimentos porque no tiene divisas para pagar las importaciones.