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Cuando los presidentes estadounidenses comentan sobre China, rara vez son buenas noticias para los inversores en acciones chinas. Al menos en los últimos años, los anuncios han tendido a ir acompañados de medidas punitivas como listas negras, restricciones a las exportaciones y aranceles.
Esta tendencia se rompió el viernes. Las acciones chinas subieron después de que Donald Trump dijera que tendría una conversación «amistosa» con Xi Jinping e insinuara un posible enfoque más suave en materia de aranceles. La cordialidad diplomática entre rivales geopolíticos puede no garantizar un progreso duradero en las conversaciones comerciales. Pero llega en el momento perfecto para las acciones locales.
Las empresas líderes como Tencent, Alibaba y JD.com subieron un 3 por ciento el viernes, al igual que el índice de referencia de Hong Kong, que es particularmente sensible a las tensiones geopolíticas. El Hang Seng subió alrededor de un 2 por ciento, un 6 por ciento más que la semana pasada. Eso sugiere alivio porque Trump dice que preferiría no imponer aranceles a los productos chinos, una gran pregunta que ha rondado las valoraciones durante el año pasado.
Las exportaciones de China a Estados Unidos representan alrededor del 4 por ciento de su PIB. En el corto plazo, los aranceles están elevando los costos para los exportadores chinos y reduciendo los márgenes. Sus efectos a largo plazo, como el debilitamiento del renminbi y el aumento de la prima de riesgo de las acciones chinas, generan preocupación sobre la fuga de capitales. Si Trump adopta un enfoque más flexible, estas medidas podrían terminar utilizándose como una herramienta de negociación con China en lugar de un objetivo final.

Esto, a su vez, permite a los inversores considerar otros factores que podrían respaldar las acciones chinas en el futuro. Beijing está tratando de mejorar la rentabilidad para los accionistas. Se espera que las grandes medidas de estímulo y los planes para inyectar alrededor de 1 billón de RMB (138 mil millones de dólares) de capital a largo plazo en el sistema financiero mejoren la confianza.
Según datos oficiales, las empresas chinas pagaron un récord de 2,4 billones de RMB en dividendos el año pasado, mientras que las recompras de acciones también alcanzaron un máximo histórico. Este impulso benefició particularmente a las acciones con altos dividendos, como bancos, compañías de seguros y servicios públicos. Mientras tanto, los reguladores han ordenado a las aseguradoras y fondos de inversión que aumenten sus tenencias de acciones locales, lo que podría atraer más capital a los mercados del país.
Las valoraciones siguen siendo relativamente bajas, con el índice CSI 300 de primera línea de China cotizando a alrededor de 1,3 veces su valor contable. En contraste, el S&P 500 está aproximadamente cuatro veces ese nivel.
La dependencia de las ganancias de los exportadores locales de la dinámica geopolítica significa que los precios de sus acciones seguirán siendo muy sensibles a los acontecimientos en los próximos meses. Pero por ahora, hay suficientes buenas noticias -tanto reales como retóricas- para respaldar las ganancias a corto plazo.
junio.yoon@ft.com