En una época de creciente nacionalismo de chips, la cadena de suministro de semiconductores es el sustento de la competencia entre Estados Unidos y China. No es sólo una carrera tecnológica; es una batalla por el dominio estratégico.
En el centro de esta competencia se encuentra Taiwán, que desempeña un papel crucial en la producción de los chips más avanzados del mundo. Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) es un actor importante, con chips que se encuentran en todo, desde teléfonos inteligentes hasta servidores de inteligencia artificial (IA) y sistemas militares.
¿La posición de liderazgo de Taiwán en la industria de semiconductores, a menudo denominada «Escudo de Silicio», realmente brinda protección al país o aumenta los riesgos que enfrenta? Este debate es complejo, involucra diversos puntos de vista e intereses estratégicos y tiene implicaciones significativas para la seguridad global.
La doble naturaleza del escudo de silicio.
La teoría del “Escudo de Silicio” postula que el papel de Taiwán en la cadena de suministro global de semiconductores actúa como un elemento disuasorio contra la agresión de China. La otra cara de la moneda es la profunda interdependencia de todas las partes dentro de la cadena de suministro. La idea es simple: si se interrumpiera la producción de chips de Taiwán, tendría consecuencias catastróficas para la economía global. Semejante perturbación obligaría a las potencias internacionales, en particular a Estados Unidos, a intervenir para proteger esta línea vital.
Pero aunque el Silicon Shield actúa como una barrera protectora, también es un arma de doble filo. La fortaleza de Taiwán en la fabricación de chips podría poner al país en riesgo ya que China lo codicia, y Estados Unidos podría presionar aún más a Taiwán para que se diversifique.
Los críticos también argumentan que este escudo podría resultar ineficaz si China no lo teme ni lo respeta. Algunos críticos argumentan que los semiconductores pueden no ser el problema para China porque las ambiciones más amplias de China incluyen el control político y militar de la isla. Si bien este argumento tiene mérito, pasa por alto el panorama general.
La verdadera fortaleza de Silicon Shield no reside sólo en las capacidades de semiconductores de Taiwán. Se trata de las consecuencias globales de una interrupción en la cadena de suministro de chips como resultado de un conflicto sobre Taiwán o la región. Cualquier ataque a Taiwán no sólo amenazaría la seguridad de Taiwán, sino que también amenazaría la estabilidad económica global. Ésta es la esencia de Silicon Shield.
Estrategias estadounidenses: relocalización y apuntalamiento de amigos
Sin embargo, otro factor crítico a considerar es el daño asimétrico. Aunque China ha hecho avanzar su propia industria de semiconductores, la interrupción de la cadena de suministro global probablemente causaría un daño mayor a Estados Unidos y sus aliados que a China. Este potencial de daño asimétrico debe tenerse plenamente en cuenta en las consideraciones estratégicas.
Para abordar las vulnerabilidades que surgen de la posición de Taiwán en la cadena de suministro, Estados Unidos ha adoptado estrategias de relocalización y de apuntalamiento de amigos. Estas estrategias tienen como objetivo reconstruir la capacidad de producción de chips de EE. UU. y reducir el riesgo de dependencia excesiva de una sola ubicación.
Sin embargo, estas estrategias son todo menos soluciones rápidas. Reubicar la producción de semiconductores es complejo, costoso y requiere mucho tiempo. Es difícil y costoso replicar el ecosistema de semiconductores de Taiwán en otros lugares. Esta industria se beneficia de décadas de inversión en infraestructura, investigación y una fuerza laboral especializada, beneficios que no se pueden replicar fácilmente.
Hasta que estas nuevas fábricas estén en funcionamiento, el mundo seguirá dependiendo en gran medida de Taiwán para los semiconductores. Por tanto, un conflicto militar desencadenaría una catástrofe global. Es por eso que Silicon Shield sigue siendo de vital importancia, no sólo para Taiwán, sino para el mundo entero.
Dadas estas incertidumbres, asegurar el Estrecho de Taiwán es una máxima prioridad. Esta región es un posible punto álgido en las relaciones chino-estadounidenses. Cualquier conflicto aquí podría tener consecuencias catastróficas, no sólo para Taiwán sino para la economía global. Proteger a Taiwán de las amenazas de China (ya sea mediante coerción económica, guerra en la zona gris o acción militar) requiere un enfoque integral y multidimensional. Garantizar la paz regional es necesario pero no suficiente. Taiwán también necesita desempeñar un papel más activo en la cooperación internacional.
Silicon Shield 2.0: Fortaleciendo el papel de Taiwán
Para abordar los complejos desafíos que plantea la posición de Taiwán, propongo el concepto “Silicon Shield 2.0”. Esta iniciativa tiene como objetivo fortalecer el papel de Taiwán en la seguridad económica global haciendo que el país esté más integrado en las redes de producción internacionales, tanto en términos de cadena de suministro como de geografía.
A menudo existe un malentendido local sobre el propósito original de diversificar las instalaciones de producción de chips. Algunos temen que esto pueda conducir a la destrucción de la «montaña sagrada protectora» de Taiwán o al vaciamiento de su industria. Desafortunadamente, incluso algunos expertos estadounidenses se equivocan. Ven el concepto de Silicon Shield como una perspectiva centrada en Taiwán.
Bajo Silicon Shield 2.0, la diversificación no se considera una amenaza para la economía y la seguridad de Taiwán. En cambio, las inversiones de TSMC en el Norte Global, como Arizona en Estados Unidos, Kumamoto en Japón y Dresde en Alemania, deberían verse como una expansión de la influencia de Taiwán. Estas inversiones se alinean con los intereses estratégicos de Estados Unidos y sus aliados. De esta manera, Taiwán promueve una mayor dependencia de Occidente, lo que aumenta la resiliencia de la cadena de suministro.
Silicon Shield 2.0 tiene sus raíces en el alto nivel de interdependencia dentro de la industria global de semiconductores. La excepcional tecnología de fabricación de Taiwán se desarrolló en estrecha colaboración con Estados Unidos y otros países occidentales. A pesar de las críticas sobre la explotación o el autosacrificio, es importante reconocer la ética de trabajo y los altos estándares de los ingenieros y operadores taiwaneses. Su compromiso ha impulsado el éxito de Taiwán y lo ha convertido en un actor crucial en el panorama tecnológico global.
Hasta la fecha, Estados Unidos se ha centrado en la deslocalización como una “póliza de seguro” al tiempo que protege el Estrecho de Taiwán. Sin embargo, hay otra manera Esto es igualmente importante: la mayor participación de Taiwán en los mecanismos de seguridad internacionales. Silicon Shield 2.0 es consistente con esta estrategia y permite a Taiwán desempeñar un papel más activo en la seguridad global.
Cuanto más dependa Taiwán de la comunidad democrática global, más urgente será cooperar en materia de seguridad económica. La actual red de apoyo internacional de Taiwán es en gran medida bilateral e informal, lo que es insuficiente para hacer frente a la creciente complejidad de la geopolítica. Ampliar la participación de Taiwán en mecanismos multilaterales beneficiaría no sólo a Estados Unidos sino también a sus aliados. Estos mecanismos darían a las empresas taiwanesas una voz en el escenario mundial y permitirían a Taiwán participar en un juego más justo.
La relación simbiótica entre Taiwán y Estados Unidos en el sector de los semiconductores está bien documentada. Estados Unidos y sus aliados deberían asegurarle a Taiwán su voluntad de participar más ampliamente en sus nuevas inversiones en el Norte global. Si Washington presiona más por la diversificación sin ofrecer más garantías de seguridad y oportunidades para la participación internacional, podría surgir escepticismo sobre las intenciones de Estados Unidos.
En conclusión, Silicon Shield no es sólo una cuestión taiwanesa, sino mundial. Para construir un ecosistema de semiconductores seguro y sólido, necesitamos una estrategia integral. Silicon Shield 2.0 proporciona una hoja de ruta para fortalecer la seguridad económica de Taiwán.
El éxito de Taiwán es una piedra angular de la estabilidad global y demuestra que en el mundo interconectado de los semiconductores, la seguridad para uno significa seguridad para todos.