El creciente interés de los países del sudeste asiático en el marco en expansión de los BRICS ha atraído una amplia atención en todo el mundo. Para comprender este fenómeno, es importante considerar los antecedentes más amplios de la dinámica institucional cambiante en la región del Indo-Pacífico. A medida que estas naciones navegan por un entorno geopolítico y económico complejo y en evolución, sus compromisos estratégicos con los BRICS y otras plataformas reflejan un realineamiento más amplio de prioridades.
El Indo-Pacífico ha sido durante mucho tiempo el escenario del cambio institucionalmoldeado por las realidades geopolíticas de diferentes épocas. Durante la Guerra Fría, las alianzas bilaterales lideradas por Estados Unidos coexistieron con marcos multilaterales nacionales como la Asociación de Asia Meridional para la Cooperación Regional (SAARC) y minilaterales independientes como los Acuerdos de Defensa de las Cinco Potencias (FPDA). El objetivo de estas estructuras era tener en cuenta tanto las necesidades de seguridad regional como los intereses locales, equilibrando al mismo tiempo la influencia externa con la cooperación autodeterminada.
En la era posterior a la Guerra Fría, la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) se convirtió en un organismo central que promovía el diálogo y la cooperación en todo el Indo-Pacífico. Al mismo tiempo, surgieron otras instituciones para abordar desafíos específicos, como el Foro de Integración Económica de Asia y el Pacífico (APEC) y el Quad para abordar crisis regionales como el tsunami del Océano Índico. Este diverso panorama institucional ha demostrado ser resiliente y adaptable, lo que permite a la región responder dinámicamente a las cambiantes tendencias globales.
Las décadas de 2010 y 2020 marcaron el comienzo de otra fase de reconfiguración institucional, impulsada por el continuo ascenso económico de Asia, la intensificación de la competencia entre China y Estados Unidos y la insatisfacción generalizada con el orden existente basado en reglas. dentro del Marco liderado por Estados UnidosIniciativas como el Pacto de Seguridad entre Australia, el Reino Unido y los Estados Unidos (AUKUS) y el Marco Económico del Indo-Pacífico (IPEF) reflejan prioridades cambiantes. Mientras tanto, esfuerzos regionales como la Asociación Económica Integral Regional (RCEP) y la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) de China demuestran la creciente libertad de las naciones del Indo-Pacífico para dar forma a su futuro económico.
Estos cambios subrayan un creciente enfoque en la autosuficiencia y la diversificación estratégica a medida que las naciones buscan proteger sus intereses en medio de la incertidumbre sobre los compromisos regionales de Estados Unidos. Como ha observado el Ministro de Asuntos Exteriores de la India, S. Jaishankar, las preocupaciones del Sur global son grandes Su causa a menudo radica en la frustración con la actual gobernanza global. Estructura en lugar de oposición abierta a Occidente. Esta perspectiva matizada es fundamental para las estrategias de participación en evolución del sudeste asiático.
Para los países del sudeste asiático, el interés en los BRICS representa una respuesta calculada a estas dinámicas cambiantes. La creciente inclusión del bloque y su enfoque en abordar los desequilibrios sistémicos en la gobernanza global se alinean con las aspiraciones de muchos países de la región. El Primer Ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, ha destacado el potencial de los BRICS para crear un marco más equitativo, especialmente teniendo en cuenta su mayor número de miembros. representa más de una cuarta parte del PIB mundial y casi la mitad de la población mundial.
Pero estas naciones también son cautelosas. Son conscientes del peligro de dar la impresión de que están demasiado en sintonía con los planes chino-rusos, especialmente después de la guerra de Rusia en Ucrania. Por ejemplo en Tailandia búsqueda simultánea de membresía Tanto la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) como los BRICS reflejan la estrategia de mantener el equilibrio y utilizar diferentes plataformas para avanzar en sus objetivos diplomáticos y económicos. Indonesia y Vietnam también se han centrado en esto Fortalecimiento de las asociaciones bilaterales y regionalesincluso mientras exploran oportunidades dentro de los países BRICS.
Los acontecimientos recientes ponen de relieve tanto las oportunidades como los límites del compromiso de los BRICS. A la Cumbre de Kazán asistieron cinco países del sudeste asiático: Indonesia, Laos, Malasia, Tailandia y Vietnam, varios de los cuales participaron en conversaciones de alto nivel con el Nuevo Banco de Desarrollo (NDB). Sin embargo, la actual cartera de inversiones del NBD, valorada en unos 33.000 millones de dólares, sigue siendo modesta en relación con la escala de las necesidades de desarrollo de la región.
Si bien países como Tailandia y Vietnam han puesto énfasis en cuestiones críticas como la resiliencia de la cadena de suministro y el desarrollo de infraestructura, todavía existe incertidumbre sobre si los países BRICS pueden ofrecer soluciones significativas. Muchas de estas prioridades ya se están abordando a través de iniciativas bilaterales y multilaterales, lo que plantea dudas sobre la propuesta de valor única del bloque.
A medida que los BRICS amplían y perfeccionan su agenda, enfrentan el desafío de equilibrar los diversos intereses de sus miembros y asegurar un papel distintivo en un panorama institucional abarrotado. Las recientes iniciativas de la cumbre, como una plataforma de tierras raras, un grupo sobre medicina nuclear y foros sobre zonas económicas especiales, representan pasos para abordar desafíos concretos. Sin embargo, la eficacia del bloque dependerá en última instancia de su capacidad para complementar, en lugar de competir, con los marcos existentes.
Para el sudeste asiático, los BRICS son sólo una pieza de un rompecabezas mayor. El compromiso de la región con el bloque refleja un enfoque pragmático para gestionar el volátil entorno institucional en el Indo-Pacífico. Al participar en múltiples plataformas, los países del Sudeste Asiático están trabajando para fortalecer su autonomía estratégica mientras abordan desafíos económicos y de desarrollo apremiantes.
La participación de los países del sudeste asiático en los BRICS subraya sus esfuerzos más amplios para adaptarse a uno orden mundial que cambia rápidamente. Como señaló un diplomático del Sudeste Asiático, reducir los BRICS a una narrativa China-Rusia simplifica demasiado su dinámica. La expansión y diversificación del bloque están cambiando su identidad y planteando preguntas importantes sobre cómo la evolución de su membresía afectará su desarrollo.
En última instancia, los estados del sudeste asiático desempeñarán un papel fundamental en la configuración de esta conversación y utilizarán sus perspectivas y prioridades únicas para influir en la dirección de los países BRICS. A medida que el Indo-Pacífico continúa transformándose, su compromiso con los BRICS y otras plataformas seguirá siendo fundamental para su estrategia más amplia para gestionar el cambio institucional y promover sus intereses nacionales y regionales.