El mes pasado, el presidente ruso Vladimir Putin visitó China para conmemorar el 75º aniversario de las relaciones diplomáticas entre China y Rusia. Su homólogo chino, el presidente Xi Jinping, recibió a Putin con gran cortesía y amistad. Los dos líderes acordaron profundizar su «asociación estratégica integral de coordinación para la nueva era» y emitieron una declaración criticando a Occidente por intentar reemplazar el orden legal internacional ampliamente aceptado con lo que a menudo denominan «orden basado en reglas». Sobre la guerra en Ucrania [Russia] evaluó positivamente la posición objetiva e imparcial de China sobre la “cuestión de Ucrania”. [Russia] También estuvo de acuerdo en que la crisis debe resolverse sobre la base del cumplimiento de la Carta de las Naciones Unidas y también acogió con agrado que China desempeñara un papel constructivo en la resolución de la “crisis de Ucrania” a través de canales diplomáticos.
Por supuesto, Occidente no acepta esta percepción chino-rusa del mundo y de sus palabras y acciones. También hay una fuerte tendencia a ver a China y Rusia como un monolito y a percibir y desconfiar no sólo de China y Rusia, sino también de Irán y Corea del Norte, como un grupo de países que forman una especie de eje. Incluso en el caso de la guerra en Ucrania, existe un debate considerable sobre si Rusia continúa la guerra porque China está brindando apoyo militar. En este contexto, la visita de Putin a China podría verse como una reunión de alto nivel destinada a fortalecer la cooperación bilateral. Muchos en Occidente también sostienen que China está empezando a posicionar a Rusia como un socio menor.
En China, fueron sorprendentes los informes de los medios oficiales que enfatizaban la importancia de la visita de Putin y de la cumbre. Aun así, ha habido numerosos comentarios que expresan preocupación por estar demasiado cerca de Rusia, y las autoridades chinas parecen no haber hecho nada para eliminar esas opiniones de Internet. Por ejemplo, algunos argumentan que incluso si Putin pidiera a China apoyo total, China no podría cumplir plenamente con esa solicitud ni suministrar armas. Además, hay poca discusión sobre ver a Rusia como un socio menor o subordinarla. Incluso los medios de comunicación oficiales dan por sentado que Rusia no es un aliado y que los dos países trabajan juntos de acuerdo con sus respectivos intereses nacionales. Tanto los medios oficiales como los debates del sector privado coinciden en que no existe una dependencia total.
Mientras tanto, los medios chinos han publicado numerosos informes de medios extranjeros que indican que los países occidentales están preocupados por la cercanía entre China y Rusia. En particular, en China se ha informado ampliamente de que la Secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, desaprueba la cooperación chino-rusa. Sin embargo, si bien existe preocupación de que la creciente proximidad de China pueda en realidad empeorar las relaciones con Occidente, algunos argumentan que el acercamiento chino-ruso podría en realidad fortalecer las relaciones de China con Occidente. La idea es que si las relaciones de China con Rusia se deterioran, Occidente menospreciará a China y tratará al país con mayor dureza. Por lo tanto, según el argumento, Beijing debería acercarse a Moscú en términos de relaciones con Estados Unidos y Occidente.
Dentro de China, es difícil acceder a las noticias internacionales, especialmente de los países occidentales. Como resultado, los valores y percepciones chinos tienden a dominar en el mundo de habla china. Al reconocer que existe al menos cierto grado de diversidad de pensamiento en el mundo de habla china, Occidente debe incrementar sus esfuerzos para penetrar el espacio de la información.
KAWASHIMA Shin es profesor de la Universidad de Tokio.