El turbulento panorama de Afganistán se vio aún más marcado por el regreso de los talibanes al poder en agosto de 2021. El regreso marcó un momento crucial en la historia del país. Desde su resurgimiento, los talibanes han impuesto duras políticas que han influido significativamente en el tejido sociopolítico de Afganistán. La dinámica cambiante del tráfico de drogas y el aumento del extremismo y el terrorismo bajo el gobierno talibán resaltan la interconexión de los actores regionales e internacionales en la configuración del futuro político de Afganistán. La importancia del consenso regional e internacional para promover la estabilidad y la paz en Afganistán en medio de un panorama geopolítico complejo es más importante que nunca.
Desde agosto de 2021, los talibanes han impuesto Pautas Restricción de los derechos básicos del pueblo afgano. Las políticas de los talibanes se caracterizaron por la exclusividad y la represión, lo que provocó una escalada del descontento dentro de la población afgana en varios sectores. Estas políticas han cambiado significativamente el tejido sociopolítico de Afganistán y representan una amenaza directa a los derechos civiles y políticos de los afganos, que el gobierno protege. Constitución fundada en 2004. Además, las políticas de los talibanes han traído graves consecuencias económicas. Bajo el régimen talibán La economía de Afganistán se encuentra en un estado de decadencia que ha resultado en la pérdida de cientos de miles de empleos y un aumento de las tasas de desnutrición.
Además, el tráfico de drogas en Afganistán ha cambiado significativamente. Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito informeDesde que los talibanes llegaron al poder en 2021, el cultivo de opio en Afganistán aumentó un 32 por ciento hasta 233.000 hectáreas en 2022, la tercera superficie más grande de la historia. A pesar de una prohibición anunciada en abril de 2022, los precios del opio se dispararon y los ingresos de los agricultores por las ventas de opio se triplicaron a 1.400 millones de dólares en 2022, una fracción del ingreso total. A pesar de los esfuerzos por frenar el comercio, las incautaciones de opiáceos indican que el comercio sigue siendo rampante y que Afganistán sigue suministrando el 80 por ciento de las necesidades de opiáceos del mundo. La intención y la capacidad de los talibanes para combatir el tráfico de drogas son inciertas y cuestionables. En consecuencia, el tráfico de drogas, en particular la producción de opio y metanfetaminas, se ve afectado. prospera bajo el dominio talibán.
Los talibanes conexión cercana con grupos terroristas como Al-Qaeda son otro motivo importante de preocupación. La relación entre los talibanes y Al Qaeda no es sólo ideológica; también es táctico y operativo. El Afganistán controlado por los talibanes sirve ahora como refugio seguro para Al Qaeda, proporcionándoles una base de operaciones segura desde la cual planificar y lanzar ataques terroristas internacionales. El duro terreno y las ubicaciones remotas de Afganistán lo convierten en un escondite ideal, lo que complica los esfuerzos internacionales para monitorear y combatir las actividades de Al Qaeda. Además, el control de Afganistán por parte de los talibanes podría potencialmente oferta proporcionar a Al Qaeda acceso a recursos y reclutas para mejorar aún más sus capacidades. Esta alianza potencial plantea una amenaza significativa a la seguridad global y subraya la importancia de la cooperación internacional en la lucha contra el terrorismo.
Otros grupos terroristas regionales e internacionales activos Operacional en Afganistán se encuentran el Tehreek-e-Taliban Pakistán, el Movimiento Islámico del Turquestán Oriental, el Grupo Jihad Islámico, Khatiba Imam al-Bukhari y el Movimiento Islámico de Uzbekistán. Estos grupos tienen diferentes relaciones con los talibanes y otros actores estatales y no estatales. La dinámica entre estos grupos puede tener implicaciones importantes para la situación de seguridad en Afganistán, la región y más allá. También está el Estado Islámico de la Provincia de Khorasan (ISKP). activo en Afganistán. El grupo ha llevado a cabo numerosos ataques de alto perfil en Afganistán, incluido un atentado suicida con bomba en agosto de 2021 que mató a 13 miembros del servicio estadounidense y al menos a 169 afganos en Kabul durante la retirada de Estados Unidos del país. Recientemente, ISKP se atribuyó la responsabilidad de un ataque mortal en Rusia. El grupo es considerado una gran amenaza para la capacidad de los talibanes de gobernar Afganistán.
El complejo contexto actual en Afganistán requiere un proceso político inmediato para abordar los problemas apremiantes del país, involucrando a actores regionales e internacionales clave. Actores regionales desempeñan un papel central en el conflicto de Afganistán, influidos por sus intereses geopolíticos, económicos y de seguridad. Estos actores incluyen países vecinos como Pakistán, Irán y estados de Asia Central, así como potencias regionales más grandes como Rusia, China y Turquía. Han participado en la diplomacia de paz y en diálogos de paz intraafganos apoyados por países como Qatar, Alemania, Pakistán, Rusia y China. Su participación abarca desde apoyar a varias facciones dentro de Afganistán hasta facilitar diálogos políticos.
El proceso político en el Afganistán se encuentra actualmente en una coyuntura crítica, lo que subraya la importancia del consenso regional e internacional. La creciente amenaza del terrorismo trasciende las fronteras regionales y requiere cooperación entre actores regionales e internacionales. El ausencia Esa cooperación beneficia inadvertidamente a grupos como los talibanes, fomentando la inestabilidad y fortaleciendo a los grupos terroristas en Afganistán. Los talibanes están aprovechando la falta de unidad entre los actores internacionales para promover sus agendas, lo que genera mayor violencia e inestabilidad.
Los esfuerzos de cooperación regional e internacional pueden fortalecer significativamente el proceso político destinado a establecer un gobierno inclusivo en Afganistán. Un gobierno así no sólo atendería las necesidades de su pueblo sino que también abordaría problemas acuciantes como el terrorismo y las drogas. Un consenso regional e internacional unificado sobre el proceso político en Afganistán obligaría a los talibanes a entablar un diálogo intraafgano. Los esfuerzos conjuntos de los actores regionales e internacionales pueden allanar el camino hacia un Afganistán estable y pacífico, contribuir a la estabilidad regional y contrarrestar la amenaza global del terrorismo. Por lo tanto, generar consenso entre las partes interesadas regionales e internacionales no sólo es beneficioso sino esencial para el proceso político de Afganistán.
Resolución 2721 (2023) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Contornos un marco de creación de consenso para apoyar el proceso político en Afganistán. En el centro de esta resolución está el llamado al Secretario General a nombrar un enviado especial para Afganistán. Enfatiza la necesidad urgente de un proceso político integral e inclusivo que sea dirigido y apoyado por los propios afganos. Este énfasis en las iniciativas afganas es fundamental para restaurar la paz y la estabilidad en Afganistán frente a complejos desafíos geopolíticos. Además, iniciativas como conferencia de doha en febrero de 2024 subrayan la necesidad de apoyo internacional para abordar cuestiones críticas que enfrenta Afganistán, como los derechos de las mujeres y la soberanía del país.
A partir de agosto de 2021, la comunidad internacional, junto con las potencias regionales, lo ha hecho ocupado con los talibanes, aunque sin reconocimiento formal. Este compromiso se considera un esfuerzo diplomático, pero su eficacia ha sido limitada, lo que subraya la necesidad de una estrategia de compromiso condicional. Un consenso entre los actores regionales e internacionales para limitar el compromiso con los talibanes podría resultar útil para iniciar un proceso político. Un enfoque de compromiso condicional puede enviar señales claras a los talibanes de que la diplomacia formal depende de su compromiso de abordar el conflicto a través de medios políticos inclusivos que involucren a los movimientos de oposición. Además, el apoyo financiero debería estar sujeto a condiciones diseñadas para evitar posibles abusos por parte de los talibanes.
Las Naciones Unidas han asignado Afganistán ha donado casi 3.000 millones de dólares desde 2021, siendo Estados Unidos el mayor contribuyente, aportando 2.600 millones de dólares al fondo humanitario. Es esencial que Estados Unidos adopte un enfoque de asistencia financiera basado en condiciones para garantizar que la asistencia sea coherente con el objetivo de estimular un proceso político en Afganistán. Durante los últimos tres años, los talibanes se han beneficiado de la ayuda internacional sin lograr resultados positivos significativos. La implementación de medidas estrictas evitará que la ayuda fortalezca inadvertidamente a los talibanes. Esta preocupación se destaca en un informe reciente. informe El Inspector General Especial para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR), John Sopko, reveló que una parte importante de los envíos de efectivo de la ONU a Afganistán terminan en manos de los talibanes. Si bien proporcionar asistencia humanitaria vital sigue siendo primordial, es igualmente importante mitigar el riesgo de que la asistencia beneficie a los talibanes.
En resumen, los desafíos que plantea el gobierno talibán en Afganistán son diversos y requieren esfuerzos concertados de partes interesadas tanto regionales como internacionales. Las políticas implementadas por los talibanes no sólo han restringido los derechos básicos, sino que también han exacerbado las crisis económicas y humanitarias existentes. El aumento del extremismo y el terrorismo bajo el régimen talibán dificulta aún más el camino hacia la paz y la estabilidad. Sin embargo, la determinación colectiva de los actores regionales e internacionales ofrece un rayo de esperanza para el pueblo afgano. De cara al futuro, es esencial dar prioridad a los procesos políticos inclusivos y garantizar que la asistencia internacional se utilice de manera eficaz para satisfacer las necesidades del pueblo afgano. Al promover un enfoque integral que incluya el diálogo, la cooperación y la diplomacia, podemos crear un futuro mejor para Afganistán, libre de las cadenas del extremismo y el terrorismo y caracterizado por la paz, la prosperidad y la estabilidad.