En los últimos años, Mongolia ha logrado grandes avances en la gestión y mejora de sus políticas ambientales. La gran dependencia de Mongolia de la extracción de recursos naturales y su mal uso han provocado daños ambientales a largo plazo, desertificación y erosión del suelo. Estas cuestiones requieren la atención de los responsables de las políticas y de la comunidad internacional. El objetivo estratégico a largo plazo de Mongolia es implementar una estrategia sostenible que combata la desertificación y al mismo tiempo aumente las oportunidades económicas con múltiples beneficios ambientales.
Aparte de los fuertes vínculos tradicionales de los mongoles con su medio ambiente, la desertificación también tiene un alto precio. A medida que la urbanización sigue aumentando en Ulán Bator, la capital de Mongolia, la tierra se utiliza para la minería y la ganadería.
Según un estudio de 2020 informe Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el 76,9 por ciento de la superficie de Mongolia está afectada por la desertificación. Una de las principales causas de la desertificación es la forma en que se gestionan, regulan y gestionan los pastizales en cada provincia. Por ejemplo, la acumulación de décadas de “pastoreo excesivo, minería no planificada y uso de carreteras y transporte” es la principal causa de daño ambiental en zonas económicas como la Gobi oriental y la meseta central de Mongolia.
Sin embargo, la lucha contra la desertificación no es una cuestión nueva para los políticos mongoles. Desde mediados de los años 1990, varios gobiernos han tomado medidas para combatir la desertificación.
Mongolia en 1994 firmado Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación en París, Francia. Ya en 1997, Mongolia era consciente de su vulnerabilidad a la desertificación y había identificado cuatro causas principales: la deforestación, el pastoreo excesivo, el uso inadecuado de la tierra y las redes de carreteras mal planificadas. Treinta años después, la economía de Mongolia depende en un 90 por ciento del sector minero, y el daño ambiental causado por estas actividades requiere atención política urgente.
La comunidad internacional apoya el compromiso activo de Mongolia para mejorar sus problemas en el desierto. En 2020, el Fondo Verde para el Clima del PNUD aprobado Una subvención de 23,1 millones de dólares para la vulnerable comunidad pastoril de Mongolia, que se enfrenta a los desafíos de la desertificación y el cambio climático.
En 2023, Mongolia y el Centro de Comercio Internacional Coorganizador el Foro Mundial de Desarrollo de Exportaciones, que atrajo a empresas, emprendedores, ambientalistas y personas del sector digital que querían incorporar “soluciones orgánicas, digitales y sostenibles” en el desarrollo de Mongolia. Estas iniciativas crean oportunidades para una mayor inversión y colaboración en proyectos respetuosos con el medio ambiente.
Además, el buque insignia del presidente mongol es Khurelsukh Ukhnaa desde su lanzamiento en 2021.mil millones de árbolesLa iniciativa fue recibida positivamente tanto por organizaciones de base como por empresas mineras. En mayo, la empresa estatal Erdenes Mongol reportado que la empresa plantó 13,3 millones de árboles en dos años. Oyu Tolgoi, responsable de la enorme mina de cobre y oro del mismo nombre, prometió plantar 100 millones de árboles. Desde 2021 se han plantado más de 41 millones de árboles y este año están previstos otros 30 millones.
Los esfuerzos de Mongolia para combatir la desertificación cuentan con el apoyo de la comunidad internacional y sus socios. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, enfatizó: planta un árbol tú mismo durante su visita a Mongolia en 2022, la primera de un líder de la ONU desde 2009.
El más nuevo visita por Ibrahim Thiaw, Secretario General Adjunto y Secretario Ejecutivo de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD), expresó gran confianza en que Mongolia desempeñará un papel cada vez más importante en la protección y gestión del medio ambiente.
Según la Cumbre Climática de la CNULD 2024 “Perspectiva mundial de la tierra: informe temático sobre pastizales y ganadería”, que fue presentado en la capital de Mongolia, “En Asia Central y Mongolia, el 60 por ciento de la superficie terrestre del país se utiliza para pastos y casi un tercio de la población de la región depende de la ganadería». Estas cifras resaltan la importancia de ecosistemas saludables para las sociedades pastoriles, que requieren políticas estratégicas, planificación y gestión para abordar las vulnerabilidades ecológicas a superar.
Desde una perspectiva ecológica, décadas de sobreexplotación han provocado la pérdida de biodiversidad, la erosión del suelo y un clima cada vez más inestable, a pesar de los beneficios económicos. clima extremo. Un dzud a principios de año. Millones de animales de granja asesinadossólo el último ejemplo de cómo el cambio climático está cambiando el estilo de vida nómada de Mongolia. Para abordar estos desafíos, Mongolia debe aplicar una estrategia sólida y bien planificada.
El enfoque de Mongolia respecto del manejo de los pastizales incluye varias estrategias clave.
En primer lugar, integrar estrategias de mitigación y adaptación al cambio climático en planes de gestión sostenible de pastizales puede aumentar el secuestro de carbono y fortalecer la resiliencia de la población. Debido a los diferentes ecosistemas de cada región, Mongolia requerirá diversos conocimientos de gestión.
Se espera que el apoyo a las estrategias basadas en el pastoreo ayude a mitigar los daños superpuestos del cambio climático, el pastoreo excesivo, la erosión del suelo, las especies invasoras, la sequía y los incendios forestales.
Las iniciativas estratégicas de Mongolia se basan en experiencias internacionales y comunidades locales para preservar, no transformar, el país. Al promover la gestión sostenible de los pastizales, apoyar a las comunidades de pastores locales y abogar por políticas sólidas, la lucha de Mongolia contra la desertificación puede servir como estudio de caso para los países de Asia Central.
Estas medidas pretenden no sólo aumentar la conciencia ambiental, sino también proteger y gestionar estas vastas tierras para las generaciones futuras a nivel político. Mongolia se ha comprometido a gastar el uno por ciento de su PIB anualmente -lo que equivaldría a unos 195 millones de dólares en 2024- para luchar contra el cambio climático y la desertificación.
Coincidiendo con el Año Internacional de los Pastizales y la Ganadería, Mongolia será la sede de la 17ª Conferencia de las Partes de la CLD en 2026.