Recientemente, la política exterior de Rusia se ha vuelto cada vez más útil para China, a medida que Moscú brinda a Beijing apoyo diplomático en cuestiones del Indo-Pacífico y aumenta la escala de los ejercicios militares conjuntos ruso-chinos. Este proceso tiene profundas razones estratégicas y, por lo tanto, continuará y se desarrollará aún más en el futuro.
Los ruso-chinos Anuncio conjunto sobre cooperación estratégica del 21 de marzo de 2023, además de la promesa de “apoyo mutuo decidido en cuestiones de protección mutua de intereses fundamentales”, también incluía la promesa de Rusia de oponerse a la independencia de Taiwán “en todas sus formas” y de “apoyar firmemente las medidas adoptadas por del lado chino”. Defensa de su soberanía estatal y su integridad territorial.» Los representantes de Moscú, como el ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, apoyan periódicamente a China en cuestiones regionales del Indo-Pacífico. ataque el formato quad de Australia, India, Japón y EE.UU. y acusar Estados Unidos y sus aliados buscaron crear “una fuente de tensión a largo plazo” en la región y contener a China.
También se están desarrollando ejercicios militares conjuntos entre Rusia y China, incluidos ejercicios navales y patrullas aéreas en aguas del este de Asia, así como ejercicios navales en el Mar Arábigo y frente a las costas de Sudáfrica. En el verano de 2023, 11 barcos de las armadas rusa y china maniobraron juntos cerca de la costa de Alaska, en el extremo noroeste de Estados Unidos.
Esta inclinación rusa hacia China en el Indo-Pacífico ya no se ve frenada por la asociación de Rusia con la India, que Moscú tradicionalmente ha tratado de mantener. Las ambiciones geopolíticas de China plantean un desafío importante para los intereses y la política exterior de la India, hecho que se refleja en la creciente asociación de la India con los Estados Unidos, el Japón y otros países del Indo-Pacífico con ideas afines. Las actuales políticas de Rusia hacia China pueden tensar gradualmente sus estrechos vínculos con la India hasta tal punto que Moscú tendrá dificultades para mantener buenas relaciones con Nueva Delhi. Y, sin embargo, a pesar del factor India, Rusia está buscando un acercamiento cada vez más estrecho con China.
Una razón para esta política rusa podría ser la creciente dependencia de Moscú de China como resultado de la guerra ruso-ucraniana y las sanciones resultantes. Pero el acercamiento ruso-chino ya estaba aumentando antes de la invasión rusa a gran escala de Ucrania en 2022. La guerra puede haber acelerado el desarrollo de este acercamiento, pero no lo provocó. Las razones de esto no son transaccionales, sino profundamente estratégicas.
El resultado final que busca la actual estrategia exterior de Rusia es el fin del papel de liderazgo global de Estados Unidos y sus aliados. Moscú quiere verlo reemplazado por un mundo en el que unas pocas potencias importantes dominen a los países más pequeños en sus respectivas esferas geográficas y compitan o cooperen en el resto del mundo. En un mundo así, la democracia no es la principal forma de gobierno ni la libertad individual es la base del pensamiento y la acción políticos. Es un mundo así el que el régimen del Kremlin considera seguro para su propia existencia, y ese es el resultado que Moscú está presionando tanto en su retórica oficial como en sus acciones.
A diferencia de la Unión Soviética durante la Guerra Fría, la Rusia moderna no puede por sí sola derribar al mundo liderado por Occidente. Sus recursos no son suficientes para la tarea. Por tanto, una característica clave de la estrategia exterior de Moscú es el desarrollo de un acercamiento con otros adversarios de Estados Unidos y sus aliados, especialmente los más grandes: China e Irán.
Hay una escuela de pensamiento en Estados Unidos que insiste en que la mayor amenaza para Rusia proviene de China y que sobre esta base se debe lograr un realineamiento geopolítico de Rusia, lo que llevaría a Moscú a unirse a las filas de los oponentes de China. El problema es que el régimen de Moscú no está fundamentalmente de acuerdo con este análisis.
Independientemente de lo que piensen o sientan los líderes rusos acerca de China, consideran que el orden mundial liderado por Estados Unidos es la mayor amenaza que enfrentan. Lo dicen abierta y oficialmente. Más importante aún, sus palabras coinciden con las acciones geoestratégicas sistemáticas y audaces de Rusia destinadas a poner fin al liderazgo global de Estados Unidos.
El creciente acercamiento de Rusia a China no es una aberración. Es una política lógica basada en los objetivos estratégicos establecidos por el régimen del Kremlin. Por lo tanto, este alineamiento seguirá profundizándose y reflejándose en las nuevas acciones y políticas de Rusia con respecto al Indo-Pacífico. Ninguna consideración transaccional relativamente superficial puede detener este proceso. Se ven superados por el principal objetivo de Moscú.
Todos los actores con intereses vitales en la región del Indo-Pacífico se beneficiarán de una consideración integral de este aspecto de la estrategia exterior de Rusia.