Las recientes visitas del presidente ruso Vladimir Putin a Porcelana, Corea del NorteY Vietnam atrajo una amplia atención internacional en medio del conflicto Rusia-Ucrania y el intento de Moscú de hacer frente a las consecuencias de su aislamiento por parte de Occidente. Si bien las visitas de Putin a Corea del Norte y Vietnam condujeron a un fortalecimiento de los vínculos entre Rusia y sus socios asiáticos, fue su reciente visita a China la que reavivó el discurso estratégico sobre la «orgánica y formidable» asociación chino-rusa contra Occidente.
La compleja y multifacética dinámica estratégica de la región del Indo-Pacífico, así como la expansión del grupo BRICS+, impiden fundamentalmente cualquier desarrollo agresivo de las relaciones chino-rusas.
Los principales medios de comunicación suelen presentar las relaciones entre China y Rusia como un “sistema de alianza” en evolución contra Occidente. Esto ignora dos puntos cruciales: primero, la asociación entre China y Rusia no es una “alianza” sino una asociación táctica: un “matrimonio de conveniencia” en el que China es el mayor beneficiario.
Los fuertes vínculos comerciales entre los dos Estados revisionistas también se utilizan a menudo como ejemplo de su llamada “asociación de hierro”, lo que también es engañoso. China es el mayor socio comercial de casi todos los estados miembros de la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático). AustraliaY Indiatambién. China es Japón segundo mayor socio comercial y todavía el cuarto mayor socio de Los Estados Unidos. Unas relaciones comerciales sólidas no necesariamente convierten a ninguno de estos países en un amigo confiable de China.
La naturaleza táctica de las relaciones chino-rusas se refleja en el hecho de que, a diferencia de Corea del Norte, el supuestamente prometió enviar sus tropas China no asumió tales compromisos después de que las dos partes firmaron un pacto estratégico y se desplegaron en la zona de guerra ruso-ucraniana para apoyar a Rusia.
China, un importante “socio comercial” de Rusia, está ayudando a aislar aún más a Moscú de la comunidad internacional. A pesar de la cordial interacción entre el presidente Xi Jinping y Putin durante su visita, el mensaje subyacente de Beijing fue que Estados Unidos debería desconfiar de la «fuerte» asociación chino-rusa y del mundo multipolar emergente. El compromiso estratégico de China con Rusia sirve a sus ambiciones geopolíticas más amplias, incluido equilibrar la influencia estadounidense y promover un orden mundial multipolar. Sin embargo, los tratos de China con Rusia están determinados más por el interés propio que por un comportamiento de alianza fuerte.
En segundo lugar, tal evaluación tiende a pasar por alto o restar importancia a las relaciones de Rusia con dos socios muy importantes -India y Vietnam- cuyas preocupaciones de seguridad nacional se basan en parte en la amenaza de China. Este aspecto debilita significativamente el compromiso estratégico de Rusia con China.
A pesar de la percepción de que las relaciones de Moscú con Nueva Delhi y Hanoi se están deteriorando debido a diversas decisiones estratégicas, incluidos sus vínculos en rápido crecimiento con Washington, la realidad es que pocas relaciones internacionales tienen una estabilidad tan duradera como las asociaciones de Rusia con Vietnam y la India. Las relaciones de Rusia con estos dos países se basan en el respeto mutuo, los vínculos históricos y una amplia cooperación en diversos sectores, incluidos la defensa, el espacio y la energía nuclear. Una evaluación integral de las relaciones chino-rusas no puede darse el lujo de ignorar estos aspectos.
Aunque India reconoce a Rusia como agresor en la guerra entre Rusia y Ucrania, no apoya la exclusión de Moscú de los procesos multilaterales en el Indo-Pacífico. Esta postura fue evidente durante la cumbre del G-20 del año pasado, donde los líderes de la India adoptaron la Declaración de los Líderes del G-20 de Nueva Delhi, que no condenaba explícitamente las acciones de Rusia en Ucrania. (En particular, Xi Jinping no asistió a la cumbre del G-20). India también se mostró abierta a Diálogo con Ucrania y asistencia para encontrar una solución pacífica sobre la guerra en curso en Ucrania.
A nivel diplomático, la India tiene una influencia significativa en las relaciones con Rusia. Esto se desprende del hecho de que el Ministro de Asuntos Exteriores indio, S. Jaishankar, organizó una reunión con Putin, aunque no era su homólogo directo. Esto pone de relieve la memoria institucional profundamente arraigada y la confianza que subyacen a las relaciones entre India y Rusia. A pesar de los fuertes vínculos con Rusia, India no ha permitido que esta dinámica afecte sus relaciones con Estados Unidos y el Quad.
Del mismo modo, uno mismo Vietnam lo ha dejado claro que si bien las relaciones del país con Rusia son históricas y vitales, su asociación con Moscú no dañará sus relaciones con Washington.
Como todas las guerras, el conflicto en Ucrania acabará por terminar. Moscú se beneficiará si permanece activo y relevante en el sistema internacional, una realidad que la “alianza” chino-rusa no puede ofrecer. Mientras tanto, los políticos rusos están reconociendo la deliberada “inclusión” de Rusia en las conversaciones del Indo-Pacífico por parte de la India.
La autonomía estratégica de la India y su enfoque equilibrado de las relaciones internacionales hacen del país un actor clave en el mantenimiento de la estabilidad regional. Al promover diálogos inclusivos y apoyar marcos de cooperación, India garantiza que Rusia siga siendo una parte integral de la comunidad internacional, reduciendo así el potencial de un orden mundial polarizado. La expansión del grupo BRICS+, al que Malasia y Tailandia quieren unirse, democratiza aún más al grupo y lo aleja de un mero club chino-ruso.
Además, el compromiso de Vietnam y la India con Rusia se caracteriza por el pragmatismo y el beneficio mutuo. Tanto Vietnam como India continúan obteniendo equipos de defensa y recursos energéticos de Rusia, asegurando que se satisfagan sus necesidades estratégicas. A cambio, Rusia valora el apoyo de la India en los foros multilaterales y sus esfuerzos por mantener un orden global equilibrado. Esta relación simbiótica contrasta con la naturaleza transaccional de las relaciones China-Rusia, en las que el dominio de China a menudo eclipsa los intereses mutuos.
En conclusión, el “eje” China-Rusia está muy sobrevalorado y que la compleja dinámica estratégica de la región del Indo-Pacífico, así como la dinámica emergente de los países BRICS+, garantizarán que cualquier impacto agresivo de su relación sea mitigado.